Arde el país y ellos contando sillas

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Columna Olor A Dinero

Feliciano J. Espriella

Arde el país y ellos contando sillas

Jueves 13 de marzo de 2025

Mientras México enfrenta desafíos críticos como la relación con EE.UU., la amenaza de aranceles, una posible recesión y la crisis del agua por la sequía extrema, la comentocracia desperdicia tinta y micrófonos en trivialidades. En lugar de analizar los problemas de fondo, se obsesionan con quién se levantó o no cuando llegó Sheinbaum, quién la saludó o quién no. Urge enfocarnos en lo que realmente importa y dejar atrás el circo de las distracciones.

Si algo define a nuestra gloriosa comentocracia nacional es su inquebrantable compromiso con el chisme y lo irrelevante. Mientras el país enfrenta desafíos monumentales, estos eruditos del micrófono y la pluma han dedicado horas y horas a lo verdaderamente trascendental: el momento exacto en que la presidenta Sheinbaum llegó a la concentración del domingo. ¡Ah, qué escándalo! ¡Qué tragedia nacional! ¡Qué tema de Estado! ¿Cómo podríamos dormir tranquilos sin saber quién estaba distraído en ese instante supremo?

Todavía ayer, después de transcurridos tres días del suceso, algunos de los “monstruos sagrados” de los medios nacionales y celosos guardianes de la democracia, continuaron consumiendo miles de minutos en radio y televisión, derramaron ríos de tinta y saturaron las redes sociales con sesudos análisis sobre la “falta de solemnidad” de algunos políticos en ese preciso momento. Si alguien no giró la cabeza a tiempo, si otro no aplaudió con suficiente entusiasmo, si alguno se tomó un segundo extra en reaccionar, ahí están los inquisidores del comentario político para señalar, juzgar y condenar.

Mientras tanto, hay apenas un par de nimiedades ocurriendo en el país y el mundo. Nada de qué preocuparse. Solo la posibilidad de una recesión en Estados Unidos que podría afectar a nuestra economía de manera brutal, la amenaza de aranceles por parte de Donald Trump, la persistente sequía que azota a México, los elevados niveles de pobreza, el lento crecimiento económico y el cambio en la Secretaría de Hacienda. Pero claro, ¿quién quiere hablar de eso cuando podemos pasarnos la semana entera desmenuzando la etiqueta protocolaria en un evento público?

La fascinación de la comentocracia con lo trivial no es nueva, pero lo de estos días ralla en lo demencial. Es como si se les hubiera dado la instrucción de ignorar cualquier tema que implique pensar más de dos minutos y concentrarse en la futilidad absoluta. Su escándalo por la llegada de Sheinbaum no es casualidad: es el síntoma de un periodismo político que se ha convertido en chisme de espectáculos. Su consigna es clara: convertir lo anecdótico en catástrofe nacional y ocultar lo esencial bajo una cortina de humo de indignación barata.

El verdadero problema es que estos “analistas” y “expertos” no son solo personajes de un talk show sin gracia. Son los mismos que supuestamente deben ayudar a la sociedad a entender los grandes temas del país. Y sin embargo, prefieren hundirse en la miseria del chisme palaciego antes que abordar, por ejemplo, cómo la relación con Estados Unidos se está volviendo más tensa con el ascenso de Trump a la presidencia de la Unión Americana. O cómo la sequía podría derivar en una crisis de abastecimiento de agua que afectará a millones de mexicanos. Pero no, mejor hablemos de quién parpadeó primero en un mitin.

Y así seguirá la comentocracia, indignada con lo insignificante y ciega ante lo trascendental. Porque, al final, es más fácil criticar cómo alguien recibió a Sheinbaum que analizar con seriedad el rumbo del país. Y lo más triste de todo es que seguirán con lo mismo, convencidos de que están haciendo periodismo de verdad.

Es momento de que el país deje atrás estas discusiones triviales y se enfoque en lo que realmente importa. Las amenazas externas son serias, y si queremos enfrentarlas con éxito, necesitamos unidad, estrategia y un debate público de altura. La comentocracia, con sus falacias y argumentos amañados, solo divide. Si realmente les importara el futuro de México, estarían convocando a la unidad, no buscando pretextos fútiles para alimentar su agenda política. Pero claro, pedirles patriotismo y seriedad sería como pedirle peras al olmo.

Por hoy fue todo. Gracias por su tolerancia y hasta la próxima.

Twitter: @fjespriella

Correo: felicianoespriella@gmail.com

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