Columna Olor A Dinero
Feliciano J. Espriella
Es la economía, estúpidos
Viernes 7 de marzo de 2025
Parafraseo la frase “Es la economía, estúpido” para ilustrar el enfoque que la oposición en México y buena parte de la comentocracia han dado al problema de los aranceles que Donald Trump pretende imponer a México y Canadá.
Esta expresión proviene de la campaña electoral de Bill Clinton en 1992 y fue acuñada por James Carville, uno de sus estrategas, para mantener el enfoque en los problemas económicos que afectaban a los votantes estadounidenses. Aunque inicialmente era solo un recordatorio interno, la frase se popularizó y se convirtió en un eslogan no oficial que ayudó a Clinton a ganar las elecciones contra George H. W. Bush.
Digo que la parafraseo porque la modifico al usar el adjetivo en plural. De lo contrario, estaría plagiando o citándola textualmente, cuando mi intención es dirigirla a quienes, con dolo y perversidad, acusan a la presidenta Claudia Sheinbaum de ser la causa de las represalias de Trump, bajo el pretexto de proteger a narcotraficantes. Incluso han llegado al extremo de insinuar complicidad con el crimen organizado.
En las últimas semanas, personajes identificados como opositores acérrimos al gobierno, como Carlos Loret de Mola, Raymundo Riva Palacio y Carlos Alazraki, así como políticos de la oposición como Ricardo Anaya, Kenia López Rabadán y, de manera especial, Lily Téllez, han despotricado sin tregua contra Sheinbaum y Morena.
Sin embargo, como he expresado en varias ocasiones, sin restar gravedad al problema del fentanilo y sus devastadoras consecuencias, el verdadero motivo de las amenazas arancelarias de Trump es económico. Su verdadero enemigo no es México, sino China. Las tendencias de crecimiento del gigante asiático superan desde hace años a las de EE.UU. y en el mediano plazo podría convertirse en la primera economía mundial.
En este contexto, Trump sabe que no puede vencer solo a China en una guerra comercial. Necesita el apoyo de sus principales socios comerciales, entre ellos México, su primer socio en la actualidad. Pero si México enfrenta estragos económicos debido a medidas unilaterales, su capacidad de cooperar en esa disputa se verá debilitada. Agredir la economía de México y Canadá con aranceles sería, en términos coloquiales, “darse un tiro en el pie”.
Los problemas que Trump busca atender prioritariamente, el narcotráfico y el déficit comercial, tienen su origen en factores internos de EE.UU. y solo enfrentando esas causas podría aspirar a una solución real.
El flagelo del fentanilo y otras drogas no se resuelve cerrando fronteras. Mientras exista una demanda millonaria de narcóticos entre los ciudadanos estadounidenses, el tráfico continuará por cualquier vía. La adicción masiva es un problema de salud pública que EE.UU. ha sido incapaz de contener.
En cuanto al déficit comercial, el más alto del mundo, su causa radica en el voraz consumismo estadounidense. Su población compra mucho más de lo que produce, lo que ha generado una balanza comercial crónicamente deficitaria, a diferencia de China, que mantiene una economía orientada a la producción y el ahorro.
Haga lo que haga Trump, si no logra modificar las tendencias al consumismo y la drogadicción en su país, EE.UU. seguirá perdiendo terreno frente a China. En menos de dos décadas, podría haber sido desbancado como la principal potencia mundial.
Resulta indignante que, en lugar de defender los intereses de México, ciertos personajes de la oposición aprovechen esta coyuntura para atacar a la presidenta Sheinbaum con calumnias y falacias. Actuar en contra de su propio país para sacar ventaja política no es oposición, es traición. Son, en el sentido más amplio del concepto: vendepatrias.
Me despido con un comercial: sintonicen a las 6:10 AM, “La Caliente” 90.7 FM., el colega y amigo José Ángel Partida me abre un espacio en su noticiero en el que comentaremos con más detalle esta columna. ¡No se lo pierdan!
Por hoy fue todo. Gracias por su tolerancia y hasta la próxima.
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