Columna Olor A Dinero
Feliciano J. Espriella
Unison: entre la autonomía universitaria y la mano del oficialismo
Viernes 28 de febrero de 2025
La Universidad de Sonora enfrenta una elección clave para definir a su próximo rector. Mientras la comunidad universitaria espera un cambio real, persisten sospechas de injerencia oficialista que podrían comprometer la autonomía de la institución. ¿Habrá renovación o más de lo mismo?
El cierre del plazo de registro ha dejado a seis candidatos en la contienda, de los cuales tres tienen posibilidades reales de asumir el cargo. Este proceso ha generado gran interés y expectativas dentro de la comunidad universitaria, ya que el nuevo rector tendrá la responsabilidad de guiar a la institución en un periodo de cambios y desafíos significativos.
Esta será la primera ocasión en que se elija al rector de la Universidad de Sonora bajo el nuevo marco legal establecido por las reformas a la Ley 4, aprobadas el 23 de febrero de 2023. La iniciativa, impulsada por el diputado Jacobo Mendoza, de Morena, fue presentada en representación del gobernador Alfonso Durazo.
Antes de estos cambios, el Consejo Universitario, integrado por 15 miembros, designaba al rector cada cuatro años. Este órgano, conocido como la Junta Universitaria, desempeñaba un papel clave en la elección del rector y en la toma de decisiones estratégicas para la institución.
Sin embargo, la composición de la Junta permitía que el rector en funciones ejerciera control sobre la mayoría necesaria para definir a su sucesor. Como resultado, un grupo conocido como “los químicos” mantuvo el liderazgo de la universidad durante varios períodos, lo que, desde mi perspectiva, contribuyó al estancamiento en su desarrollo académico.
En décadas pasadas, la Universidad de Sonora gozaba de gran prestigio a nivel nacional. Durante los años sesenta y setenta, algunas de sus escuelas, como las de Contabilidad y Administración y Agricultura y Ganadería (esta última, después de Chapingo), eran consideradas las mejores del país.
En una ocasión, durante una reunión con el entonces candidato a rector, Heriberto Grijalva Monteverde, le hice el siguiente cuestionamiento:
“Con frecuencia se publican en medios regionales reconocimientos a la Universidad de Sonora por diversos conceptos. Me parecen infundados, porque, suponiendo que fueran merecidos, solo significaría que se encuentra entre las mejores de las peores instituciones de educación superior del país. ¿No cree que ya es momento de que se posicione, al menos, entre las últimas de las mejores?”
No obtuve respuesta. Heriberto, respaldado por el grupo de “Los Químicos”, asumió la rectoría en 2009 y permaneció en el cargo durante ocho años. Hasta donde sé, no se le atribuye ningún logro significativo para el desarrollo académico de nuestra llamada “Máxima Casa de Estudios”.
Actualmente, según el ranking Top 200 Mejores Universidades de México, actualizado por última vez en febrero de 2025, la Universidad de Sonora, fundada en 1942, ocupa el lugar 159. En contraste, instituciones más jóvenes han obtenido mejores posiciones:
• La Universidad Autónoma de Baja California (UABC), fundada en 1957, se ubica en la posición 17.
• La Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), fundada en 1965, ocupa el puesto 29.
Además, instituciones de educación superior en Sonora, con mucha menor antigüedad, están mejor posicionadas:
• Instituto Tecnológico de Hermosillo (ITH), lugar 61.
• Instituto Tecnológico de Sonora (ITSON), lugar 106.
• Universidad Kino (Unikino), lugar 107.
Si alguien tiene dudas y desea verificarlo, el ranking Top 200 Mejores Universidades de México se encuentra disponible en la siguiente dirección: https://mextudia.com/rankings/mextudia/
Lamentablemente, el deterioro académico de la Universidad de Sonora lo están pagando sus egresados. La mayoría enfrenta serias dificultades para encontrar empleo, incluso después de haberse titulado. He conocido profesionales que, tras dos o tres años de haber egresado, aún no logran colocarse en un trabajo acorde con su preparación. Peor aún, muchos terminan desempeñando labores que no requieren estudios universitarios.
Actualmente, es común encontrar a mujeres profesionistas tituladas en la Unison trabajando como recepcionistas, secretarias o cajeras en establecimientos comerciales, así como a jóvenes egresados empleados como cobradores, mensajeros o choferes.
Por todo lo anterior, es imperativo que el proceso de elección del rector actualmente en curso sea exitoso y que el próximo rector o rectora tenga la capacidad y el carácter necesarios para iniciar la recuperación de la universidad. La Unison debe retomar el rumbo y aspirar nuevamente a los altos estándares que alguna vez la hicieron motivo de orgullo para los sonorenses, quienes con justicia la llamaron la “máxima casa de estudios” del estado.
Sin embargo, persisten rumores sobre intentos de continuismo o injerencia del oficialismo en favor de dos de los tres aspirantes mejor posicionados. De ser cierto, estaríamos ante la antesala de más de lo mismo: el estancamiento disfrazado de cambio.
Por hoy fue todo. Gracias por su tolerancia y hasta la próxima.
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