Tomado de Dossier Político
Silvia Núnez Esquer / Mujer Sonora
Domingo 9 de febrero de 2025
El titular de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Sonora, Luis Fernando Rentería Barragán, rindió este 7 de febrero de 2025 su informe anual de actividades ante la Comisión de Justicia y Derechos Humanos del Congreso de Sonora.
Además de un desempeño sobresaliente de la institución, el presidente de la CEDH hizo énfasis en cómo ha logrado con menos recursos hacer mucho más de lo que hicieran en todos los años de existencia de la CEDH las anteriores administraciones.
Y es verdad, basta revisar los informes con los documentos concretos que se encuentran públicos, para darse cuenta que su rendimiento ha sido el más destacado en toda la historia de la CEDH.
Más aún, las recomendaciones, medidas cautelares, opiniones consultivas y otras figuras que corresponde emitir a la institución, fueron “estrenadas” en Sonora, como lo dijo en alguna ocasión él mismo, ya que, salvo algunas recomendaciones, ningún presidente de la CEDH se había atrevido, o no había sabido hacerlas.
CASO DE LAS 5 EXEMPLEADAS DE LA CEDH
En la sesión de exposición y entrega del informe, la diputada Claudia Zulema Bours Corral, Secretaria de la Comisión de Justicia y Derechos Humanos, cuestionó al ombudsperson sobre el caso de las cinco ex empleadas que lo denunciaron ante el poder legislativo por acoso laboral, maltrato y otras situaciones generadas, según las denunciantes, por el actual titular de la CEDH.
Son cinco mujeres quienes firmaron el escrito que puso al descubierto algunas irregularidades que ocurren en la CEDH, y quienes responsabilizan al titular como quien las ha provocado. Decir irregularidades es un eufemismo que abarca la descripción de las conductas que éste tuvo para con ellas y su trabajo dentro de la Comisión, según sus propias palabras.
Sin respuesta
Sin embargo, Rentería Barragán no sólo no ha dado respuesta puntual a los requerimientos de las quejosas, sino que ha tomado la acción como una sublevación hacia su administración, que hubiera sido perfecta de no ser por la rotación de personal tan frecuente, y las razones que las demandantes aducen para haberse separado de su puesto en la CEDH.
En cambio, el ombudsperson -como lo hace un niño-, en lugar de enfrentar y responder profesionalmente a cada uno de los puntos que ellas dieron a conocer tanto a la sociedad en general, como a la Comisión de Justicia y Derechos Humanos de la LXIII legislatura, se dedicó a responder con lo que él ve como “defectos” o carencias para que cada una de ellas “mereciera” el trato y en todo caso la renuncia voluntaria, o la no renovación de su contrato laboral.
Es decir, lo que debió ser una magnánima exposición de su parte de cuáles son los caminos que el diálogo entre la CEDH y las ex empleadas seguirán para dirimir el conflicto, y sobre todo, la ruta que éstas tendrían qué recorrer para encontrar el respeto a sus derechos humanos laborales, como se lo cuestionaba la diputada Bours Corral, sus respuestas fueron enfocadas a desacreditar la trayectoria de las mujeres.
Es una lástima que el primer titular de la CEDH que ha tenido Sonora, con verdadera formación académica y experiencia para defender y procurar el respeto a los derechos humanos en el que confiamos, justo en un caso interno, no tenga una respuesta.
Una y otra vez la legisladora Secretaria de la Comisión de Justicia y Derechos Humanos preguntaba cuál era la instancia donde las ex empleadas de la CEDH que denunciaron mal trato del presidente de la Comisión cuando laboraron ahí, deberían de acudir para denunciar lo que consideran violaciones a sus derechos humanos laborales, no tuvo respuesta.
Por el contrario, se dedicó a resumir su análisis del perfil y desempeño de cada una de ellas, utilizando información privilegiada interna de la Comisión, para desautorizar sus dichos, como si eso nulificara el derecho que ellas tienen a buscar una respuesta, para lograr como ellas han dicho, que no se repita.
Haciendo la analogía, sería como si familiares de personas desaparecidas llegaran a la CEDH a presentar una queja, y al final en lugar de hacer la investigación y en su caso, emitir una recomendación y/o una medida cautelar, la Comisión dedicara su tiempo a perfilar a las personas desaparecidas, para ver si se merecían o no ser víctimas de desaparición.
No se entiende esa falla del titular de la CEDH, quien se había mantenido incólume incluso ante decisiones que provocaron movilización de sectores que si bien, no son numerosos, sí son parte de quienes detentan el poder económico y político.
Nos decepciona que, teniendo los elementos para guiar el caso por una ruta que seguramente ha recorrido una y otra vez antes de emitir una resolución, cuando de otras personas se trata, en su propio contexto no puede resolverlo por la vía del diálogo.
Lo grave es que acude a revelar datos personales de las mujeres, a los que tiene acceso por su situación de poseedor de la información completa de toda la planta de empleadas y empleados.
Si bien es cierto que al referirse a cada una exponiendo lo que él considera las características negativas que llevaron a que finalmente éstas se separaran de su puesto, no mencionaba sus nombres, éstos se han hecho públicos, con puesto y cada experiencia adversa que describen, es muy fácil inferir a quién se refiere con cada alusión a las “deficiencias”, incluso a una de ellas, le adjudica posible corrupción, sólo porque a él le parece.
Y no, ellas no están solicitando la reinstalación, ni una indemización distinta a lo que pudieron haber recibido por su renuncia. Así que, la instancia no es el Centro de conciliación laboral, ni alguna otra autoridad laboral para dirimir la controversia, porque el asunto no es estrictamente laboral, aún que se haya presentado en el contexto de las relaciones laborales. Por ello la sugerencia del presidente de la CEDH, secundado por el presidente de la Comisión de Justicia y Derechos Humanos está fuera de lugar.
Más allá de que toda la información vertida por el ombudsperson sobre cada una de las mujeres denunciantes es totalmente irrelevante para dar respuesta a cada una de las quejas de maltrato laboral, acoso, etc., la actitud muestra una salida desesperada, no meditada, que abona a que se fortalezca la hipótesis de que pudiera ser verídica la versión de las mujeres de que su postura constante es un tanto misógina pues, sostienen, acostumbra desestimar el trabajo de las mujeres, según la denuncia.
Necesitamos un titular de la CEDH íntegro, no sólo que hacia afuera se conduzca con probidad, con atingencia, con conocimiento profundo de los derechos humanos, sino que ponga el ejemplo desde su propia sede.
A la sociedad no nos interesa saber si las ex empleadas no cuentan con una calificación para el puesto, ya que, en todo caso, él mismo las contrató bajo esas supuestas circunstancias. A la sociedad le interesa saber que puede confiar en su ombudsperson cuando siente vulnerados sus derechos humanos, para todos y todas, incluso para las y los empleados de la CEDH. Esa sería la mejor muestra de que podemos confiar.
El titular de la CEDH reprobó en capacidad de negociación, pero no es el único. Las y los diputados que no incluyeron en su entrevista con motivo del informe anual el seguimiento a este caso que puede convertirse en emblemático, ya que, el propio presidente de la Comisión de Justicia y Derechos Humanos, impidió que se diera una respuesta congruente, al manifestar que “no era el tema”.
Las demandas de las ex empleadas de la CEDH quedaron plasmadas en el siguiente comunicado:
EXTRABAJADORAS DE LA CEDH EXIGIMOS A CONGRESO DEL ESTADO REVISAR DENUNCIAS CONTRA LUIS FERNANDO RENTERÍA BARRAGÁN
A través de una carta dirigida y entregada hoy a las diputadas y diputados de la LXIV Legislatura del Congreso del Estado de Sonora, un grupo de mujeres ex empleadas de la CEDH hemos exigido la revisión exhaustiva de diversas denuncias y quejas presentadas desde hace más de un año ante el Órgano Interno de Control (OIC) de la CEDH en contra de su presidente, Luis Fernando Rentería Barragán, por diferentes conductas constituidas como violencia de género en contra de las mujeres de dicha institución, como hostigamiento sexual, hostigamiento laboral, discriminación, entre otras.
“Como es de su conocimiento, la violencia de género es un problema grave que afecta a muchas mujeres en el ámbito laboral, y es fundamental que las autoridades responsables tomen medidas eficaces para erradicarla, asegurando la justicia y la protección de los derechos humanos de todas las personas afectadas evitando la revictimización y la violencia institucional señalada en nuestra Ley Estatal de Acceso a las Mujeres a Una Vida Libre de Violencia”, se expresa en el documento que también fue puesto en conocimiento a las Comisiones de Justicia y Derechos Humanos; para la Igualdad de Género, Atención a Grupos Vulnerables de la Sociedad y de Asuntos del Trabajo y a personas integrantes del Consejo Consultivo de la CEDH, Consejo Ciudadano para Prevenir la Discriminación y el propio OIC.
En dicha misiva se destaca que a pesar de que las denuncias han sido reiteradas desde hace más de un año, el OIC ha sido omiso en su seguimiento y resolución, lo que ha propiciado que la violencia continúe y se agrave. En este sentido, se exige que se inicie un análisis serio de dichas denuncias y que se impulsen las acciones correspondientes para que no exista impunidad ni se revictimice a las personas afectadas. Además, se solicita que se les brinde acompañamiento adecuado a las víctimas, y que haya garantía de no repetición para el personal que aún labora dentro de la institución, particularmente mujeres.
Las denuncias presentadas ante el OIC de la CEDH incluyen testimonios y pruebas de hostigamiento laboral, hostigamiento sexual y otros tipos de violencia de género, ejercidas por el presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, Luis Fernando Rentería Barragán, un reflejo de lo denunciado en la anterior legislatura durante la comparecencia del C. Rentería Barragán ante la Comisión de Justicia y Derechos Humanos el 12 de septiembre de 2022, sobre la violencia ejercida hacia la titular del OIC.
Asimismo, se ha solicitado se brinde a las empleadas de la CEDH Sonora, un espacio seguro y accesible donde puedan presentar sus denuncias sin temor a represalias, y que se promuevan políticas internas que garanticen un ambiente laboral libre de violencia y discriminación como la implementación de un Protocolo de Hostigamiento y Acoso Sexual que incluya también medidas contra directivos.
La carta está firmada por Leyla Acedo Ung, ex Secretaría Ejecutiva; Erica Salinas Castillo, ex Directora de Derechos Sexuales y Reproductivos; María Luisa Alatorre Castañeda, ex Directora de Derechos Sexuales y Reproductivos; Alejandra Olay Rodríguez, ex Directora de Comunicación Social y Michelle Félix Velarde, ex Coordinadora de Redes y Medios; también nos manifestamos en nombre de las mujeres que de igual forma han sido víctimas de las violencias denunciadas y que por diversos motivos han optado por mantenerse en el anonimato.