Mitote del año: “Desaire a Piña”

r4
r4
6 Min Read

Columna Olor A Dinero

Feliciano J. Espriella

Mitote del año: “Desaire a Piña”

Lunes 10 de febrero de 2025

https://oloradinero.com/vernoticias.php?artid=61672&cat=1

https://oloradinero.com/vernoticias2.php?artid=61673&cat=66

¡Ver para creer!… Nunca me hubiera imaginado que el desaire a la presidenta de la SCJN en el evento para conmemorar el aniversario de la promulgación de la Constitución se convertiría en el mitote del año.

¡Válgame Dios! ¿Qué la comentocracia no tendrá más entretenimiento u oficio que hacer tempestades de vasos de agua? Creo que todos estaremos de acuerdo en que este infausto acontecimiento tiene su origen en lo sucedido exactamente dos años antes, en esa misma celebración. Recordémoslo:

Hace dos años, en la misma ceremonia conmemorativa del aniversario de la Constitución, mientras el presidente López Obrador hacía su entrada triunfal –o, mejor dicho, polémica– ella tuvo la desfachatez de quedarse sentada. Y hoy, ni siquiera se digna a ser invitada. ¡Vaya irónico giro del destino!

La escena de aquel fatídico día no pasó desapercibida para la ciudadanía, y no es para menos. En pleno aniversario de la Carta Magna, cuando el ambiente debió estar cargado de patriotismo y solemnidad, la presidenta de la SCJN decidió hacer gala de una actitud que raya en lo absurdo: quedarse sentada como si la historia y la presencia del mandatario fueran meros aditamentos sin importancia.

¿Acaso olvidó Norma Piña que en democracia, hasta la imagen cuenta? Mientras la nación esperaba un gesto de respeto, ella se sumergía en una indiferencia que solo puede interpretarse como la máxima desconexión con las verdaderas preocupaciones del pueblo.

El desprecio se hace notar: No fue solo un acto de protocolo incumplido, sino una muestra clara de la brecha insalvable que la separa de la opinión pública. Parece que ya desde entonces la ministra presidenta había perdido el tacto con la realidad.

No es de extrañar que la aún presidenta de la SCJN se haya convertido en el hazmerreír de la gente y ganado centenares de memes desde aquella ocasión a la fecha. Después de dos años de enfrentamientos constantes con el Ejecutivo y el Legislativo, su imagen se ha transformado en el epítome del desaire y la desconexión. Aquí algunos puntos que resumen su gestión:

•Falta de protocolo: Dos años atrás, quedarse sentada mientras el presidente ingresaba fue un golpe bajo al decoro nacional. ¿En qué mente, por más desorientada que esté, se le ocurrió tal política de desprecio?

•Desprecio institucional: Su actitud ha sido interpretada como un claro distanciamiento de los valores cívicos y la ética que se esperan de una máxima autoridad judicial.

•Rechazo popular: La ciudadanía, cansada de un comportamiento tan altivo, la ha relegado al olvido. No es difícil entender por qué hoy se le olvida invitar a eventos tan significativos.

•Comparación con el resto: Mientras otras instituciones han intentado (aunque de manera torpe) conectar con el sentir popular, ella parece haber decidido que la dignidad se mide en desprecios, y vaya si ha medido bien su chiste macabro.

Las consecuencias de este comportamiento no se han hecho esperar. La credibilidad de la SCJN se derrumbó y la imagen de la presidenta se desmoronó, principalmente por su propia actitud. Esta desconexión con la realidad no solo le ha costado el respeto de la ciudadanía, sino que la ha puesto al borde de la irrelevancia:

¿Acaso olvidó Norma Piña que en democracia, hasta la imagen cuenta? Al iniciar su gestión en la presidencia de la Corte, lo menos que esperaba de ella la nación en un evento protocolario, era que mostrara un gesto de respeto. Pero no, desde el principio se sumergió en una indiferencia que solo puede interpretarse como la máxima desconexión con las verdaderas preocupaciones del pueblo.

No fue solo un acto de protocolo incumplido, sino una muestra clara de la brecha insalvable que la separa de la ciudadanía ¿Cómo puede una figura que se muestra tan distante y altiva inspirar confianza en un sistema de justicia que ya padece de desgaste?

La presidenta de la SCJN, con su actitud despectiva y su total desconexión de la realidad, está cosechando, sin lugar a duda, lo que empezó a sembrar hace dos años. Su falta de autocrítica y su indiferencia hacia el sentir popular la han convertido en el hazmerreír del país. Es hora de que ella y su entorno asuman las consecuencias de sus actos.

Que lo sucedido el pasado 5 de febrero sirva para aclararle el entendimiento a quiénes, como Norma Piña, han olvidado que, en la política como en la vida, el respeto y la cercanía son la base para inspirar confianza.

Por hoy fue todo. Gracias por su tolerancia y hasta la próxima.

Twitter: @fjespriella

Correo: felicianoespriella@gmail.com

Share This Article
Leave a comment