Columna Olor A Dinero
Feliciano J. Espriella
“Un grito desesperado”
Jueves 30 de enero de 2025
En 1992, el escritor, conferencista, filántropo y empresario mexicano Carlos Cuauhtémoc Sánchez publicó un libro con el mismo título de esta columna: Un grito desesperado, el cual rápidamente se convirtió en un bestseller.
En esta novela, Sánchez narra la historia de una familia en crisis, donde padres e hijos están atrapados en un ciclo de incomprensión y dolor. La falta de comunicación y el autoritarismo crean un ambiente hostil, impulsando a los jóvenes a refugiarse en conductas autodestructivas.
Menciono esto porque fue la primera idea que vino a mi mente al leer un reciente correo distribuido por el PRI con el siguiente asunto: “Seamos una militancia fuerte, poderosa, determinada, perseverante y, lo más importante, unida: Lupita Soto”.
En la novela, Carlos Cuauhtémoc Sánchez narra la historia de una familia en crisis, donde padres e hijos quedan atrapados en un círculo de incomprensión y dolor. La falta de comunicación y el autoritarismo generan un ambiente familiar hostil, llevando a los jóvenes a refugiarse en conductas autodestructivas.
En mi opinión, el PRI a nivel nacional atraviesa una situación muy similar. Con un interlocutor único, Alito Moreno, cuya palabra —como cantaba José Alfredo Jiménez— “es la ley”, su autoritarismo sobre toda la militancia es evidente. Como consecuencia, una gran cantidad de cuadros importantes sigue abandonando el partido para buscar refugio en otras fuerzas políticas.
Tan solo en la última semana, si no me falla la memoria, seis de los pocos alcaldes que aún le quedan al PRI renunciaron para unirse a Morena, incluido uno en Sonora.
Aunque llegó por la puerta falsa del dedazo -como, estoy seguro, lo ha hecho más del 90 % de las dirigencias del partido a nivel nacional-, Lupita me parece una buena dirigente. Es priista de convicción, con la camiseta bien puesta y dispuesta a hacer todo lo posible por levantar al partido, un esfuerzo que ya es evidente.
Recientemente, nos acompañó a una reunión de la mesa de periodistas Kiosco Mayor, donde pudimos percibir que es una lideresa consciente de la problemática y decidida a tomar al toro por los cuernos.
En mi opinión, que coincidirá con la de millones de mexicanos, el principal lastre del PRI se llama Alejandro Moreno Cárdenas. Desde que asumió el poder, el partido ha entrado en una caída libre que cada día se acelera más.
Así se lo comenté a Lupita durante la reunión, recordándole que, en 2021, en la primera elección que le tocó organizar a Alito, estaban en juego 15 gubernaturas. No solo no ganó ninguna, sino que perdió las ocho que el PRI aún gobernaba.
Sin embargo, como un alcohólico que se niega a aceptar que tiene un problema fuera de control, Lupita defendió a su dirigente. Su respuesta fue clara:
“Yo no creo que Alito sea el culpable. Lo veo trabajar y, al menos dentro del partido, con los pies bien puestos en la tierra”.
Asegura que lo percibe auténtico, que no los engaña ni les oculta información, lo que le genera confianza. Para ella, lo importante es dejar el pasado atrás y enfocarse en reunificar al partido, conscientes de su situación. Destaca que el PRI sigue siendo la segunda fuerza política en Sonora y confía en que repuntará.
Siguiendo esa línea, la semana pasada, junto con el secretario general Onésimo Aguilera y miembros del Comité Directivo Estatal, visitó Huépac. Allí, la exalcaldesa Eloína Lugo y otros asistentes le agradecieron su presencia y reafirmaron su compromiso con el partido.
Más tarde, en San Felipe de Jesús, fueron recibidos por Julián Ugalde, presidente del Comité Municipal. Lupita les recordó que, cuando el PRI se une y trabaja en equipo, nada ni nadie puede detenerlo.
Siguiendo el refrán, ante el mal tiempo, buena cara: Lupita y su equipo están orando y con el mazo dando.
¡¡Suerte!!!
Por hoy fue todo. Gracias por su tolerancia y hasta la próxima.
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