Columna Olor a Dinero
Feliciano J. Espriella
La última y nos vamos
Lunes 23 de diciembre de 2024
“Esta es la última y nos vamos” canta en una popular canción que lleva ese mismo título Alejandro Fernández, “El potrillo”, la cual en esta ocasión me permito plagiarle para cabecear mi última columna de este 2024.
Debido a una emergencia que me obligó a viajar al extranjero, interrumpí temporalmente la producción de este espacio y el envío diario de audios de columnas. Como la mayoría de los amigos colegas columnistas también se tomaron un receso y disfrutan de un merecido descanso, espero en Dios poder reanudar actividades a partir del próximo seis de enero.
Concluye un año más en el que compartí opiniones, ideas y reflexiones. Quiero expresar mi profundo agradecimiento por su paciencia y amabilidad al leer y escuchar mis columnas durante este 2024. Su interés y apertura han enriquecido enormemente este espacio. Cada lectura, cada comentario (aún los adversos que no suelen ser pocos), han sido un valioso estímulo. Gracias por ser parte de este intercambio, por darme la oportunidad de crecer a través de las palabras. Espero seguir contando con su acompañamiento en el futuro.
Mi actividad periodística se centra en el periodismo de opinión. Esto implica expresar mis perspectivas, análisis y conclusiones sobre diversos temas, siempre en coherencia con mis valores y convicciones. Entiendo que la opinión es subjetiva y, por lo tanto, susceptible a la diversidad de interpretaciones.
Agradezco profundamente a quienes encuentran valor en mis reflexiones y comparten mis puntos de vista. Su apoyo es un estímulo constante para seguir ejerciendo esta labor con responsabilidad y compromiso.
Asimismo, manifiesto mi absoluto respeto hacia aquellos que sostienen ideas diferentes a las mías. Considero que la pluralidad de voces es esencial para un debate público sano y constructivo. La discrepancia no debe ser motivo de confrontación, sino una oportunidad para el intercambio de ideas y el enriquecimiento mutuo. Creo firmemente en el valor del diálogo respetuoso como herramienta para construir una sociedad más informada y tolerante.
A pocos días de iniciar un nuevo año, el horizonte se presenta con desafíos, pero también con la promesa de oportunidades. Los riesgos que se avizoran nos invitan a la reflexión y a la preparación. Sin embargo, en cada reto reside la posibilidad de crecer, aprender y transformarnos. El nuevo año nos brinda un lienzo en blanco para construir un futuro mejor, aprovechando las oportunidades que sin duda surgirán.
Existe la preocupación latente de que el arribo de Donald Trump a la presidencia de la República de Estados Unidos nos provoque dificultades económicas significativas. Lo cuál puede ser o no verdad; sin embargo, quienes ya tenemos seis o más décadas en este mundo, vivimos y padecimos verdaderas crisis económicas frente a las cuales palidece todo lo peor que pudieran acarrearnos las amenazas de Trump si es que llegar a cumplirlas.
El mexicano es un pueblo verdaderamente resiliente. Somos portadores de una resiliencia forjada a través de crisis pasadas como las de 1976, 1982 y 1994. Dichas experiencias, aunque muy dolorosas, nos han dotado de una capacidad única para superar la adversidad, a diferencia de los norteamericanos, quienes, con excepción de la crisis de los años 30 del siglo pasado, han vivido de manera bastante confortable y sin muchas penurias.
Y esto lo sabe Trump, como sabe que los conflictos económicos que nos pudiera ocasionar tendrán también repercusiones en su electorado. Aunque seguramente las repercusiones negativas serían de mayor intensidad para nosotros, estamos mejor preparados para afrontarlas. Los famosos aranceles significarían también algo así como darse un balazo en el pie para el desquiciado próximo presidente norteamericano.
Debemos ser cautelosos, sí, pero con la convicción de que, una vez más, encontraremos la manera de salir adelante. La experiencia acumulada nos brinda herramientas para adaptarnos y buscar soluciones, confiando en nuestra capacidad de recuperación.
Finalmente, les deseo una Navidad llena de alegría y paz, rodeados del cariño de sus seres queridos. Que el próximo año le traiga salud, bienestar y prosperidad a cada miembro de su familia. Mis mejores deseos para estas fiestas y un venturoso año nuevo.
¡UN FUERTE ABRAZO!!!!
Por hoy fue todo. Gracias por su tolerancia y hasta el año próximo.
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