Columna Olor a Dinero
Feliciano J. Espriella
Irónico: ayer recordamos la “corrupción”, hoy los “derechos humanos”
Martes 10 de diciembre de 2024
Hoy, 10 de diciembre, se celebra el Día de los Derechos Humanos. Esta fecha fue proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1948 para conmemorar la adopción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Según esto para reflexionar sobre la importancia de proteger y promover los derechos fundamentales de todas las personas, sin importar su nacionalidad, sexo, religión o cualquier otra condición.
Es profundamente irónico que el Día Internacional de los Derechos Humanos (10 de diciembre) siga inmediatamente al Día Internacional contra la Corrupción (9 de diciembre). Este hecho destaca una paradoja dolorosa: la corrupción, en todas sus formas, es uno de los mayores obstáculos para la garantía de los derechos humanos. La corrupción desvía recursos esenciales destinados a educación, salud, seguridad y justicia, dejando a las comunidades más vulnerables sin acceso a derechos básicos. Es un mecanismo que perpetúa desigualdades, favorece abusos de poder y socava la confianza en las instituciones.
A pesar de que el 9 de diciembre se dedica a combatir este mal sistémico, la realidad muestra que el progreso hacia la erradicación de la corrupción es lento, y su impacto erosiona los mismos principios que se celebran el día siguiente. Esto plantea un paradigma inquietante: ¿cómo se pueden garantizar los derechos humanos si el sistema que debería protegerlos está impregnado de prácticas corruptas?
Este contraste debería servir como un llamado a la acción global. Ambos días no solo están relacionados por su proximidad en el calendario, sino también por el vínculo profundo entre un gobierno transparente y el respeto por la dignidad humana. Combatir la corrupción no es solo una lucha administrativa; es una lucha por la justicia, la igualdad y los derechos humanos universales.
Seguramente en todos los órdenes de gobierno el día de hoy habrá multitud de actos oficiales para conmemorar el día, lo malo es que estos aparentes festejos son sólo parte de la demagogia oficial, casi casi lo mismo que en miles de hogares mexicanos se celebre a todo lo alto el día de las madres, cuando el resto del año las madres sufren cualquier cantidad de abusos provenientes de hijos y maridos que no logran superar el estigma del ‘machismo’.
En un país en el que los Derechos Humanos no sólo son letra muerta, sino que son violados permanente e impunemente un día sí y el siguiente también por parte de quienes tienen la obligación y responsabilidad de protegerlos, salir este día con discursos rimbombantes es exhibir el mayor de los cinismos del que un ser humano puede hacer gala.
Los Derechos Humanos son tan importantes para el oficialismo, que incluso pueden mover la fecha a contentillo para aprovechar la presencia de una alta figura de gobierno o la política y encabezar un acto conmemorativo, como sucedió ayer en Ciudad Juárez, Chih., cuando en lugar de realizar un evento a propósito del Día Internacional de la Corrupción en el que se condenara ese importante flagelo de la sociedad, aprovecharon la presencia de la secretaria de las Mujeres del Gobierno de México, Citlalli Hernández Mora y celebraron con anticipación el día de la conmemoración de los Derechos Humanos.
La secretaria de las Mujeres, al parecer descubrió el hilo negro y les reveló a las y los asistentes que vivimos en un país en qué, lamentablemente, en las últimas décadas se ha vivido una sistemática violación de los derechos humanos.
Y ya entrada en ese fervor patrio que les brota a todos los personajes que acceden a las altas esferas de gobierno, les dijo: “Para nosotras es muy importante, porque en contraste con las malas decisiones de los malos gobiernos, siempre en este país hubo resistencia, lucha y voces valientes, que aun cuando temblara la voz, siempre señalaron los abusos, la falta de justicia y siempre abonaron a la construcción de lo que hoy es quizás una utopía: La paz en todos los sentidos”.
Pues bien, así es como se las han gastado desde tiempo inmemorial en las distintas esferas de gobierno en nuestro país. Los Derechos Humanos, al igual que una gran cantidad más de derechos sociales, son excelentemente utilizados en el discurso, pero arteramente pisoteados en la práctica.
No. Me parece que, en México, este día no hay nada que festejar.
Por hoy fue todo. Gracias por su tolerancia y hasta la próxima.
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