Wendy pudo ser una excelente dirigente

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Columna Olor a Dinero

Feliciano J. Espriella

Wendy pudo ser una excelente dirigente

Miércoles 4 de diciembre de 2024

Cuando todos en el mundillo político daban por hecho que Wendy Briceño Zuloaga sería la próxima dirigente estatal del partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), alguien, -que no sé quién es-, aunque supongo que despacha en el palacio de Gobierno, metió la mano para poner un obstáculo insalvable y sacarla de la jugada.

No pensaba tratar este tema porque en todo caso es un asunto de la competencia e interés de Morena y, en última instancia, maniobras tan burdas y evidentemente autoritarias que van en contra de la credibilidad de cualquier proceso que pretenda erigirse como democrático, sólo redundarán en su contra.

Sin embargo, ya que a raíz de mi columna anterior en la que abordé el tema del obsequio de que fue objeto la finalmente agraciada, como lo comenté ayer, con el premio mayor de la lotería sin comprar boleto, tuve algunas interpelaciones para  informarme que Judith Acosta Cota es una fundadora de Morena, que ha tenido siempre una gran participación gremial y que está preparada para realizar una gran labor al frente del partido gobernante en Sonora.

Lo anterior lo había leído y escuchado de algunos colegas comunicadores desde que la susodicha Judith fue favorecida por el todopoderoso dedo elector y, después ungida como la siguiente sierva del Señor que cuando menos en el Morena de Sonora, todo lo sabe y no se mueve ni una sola hojita de un árbol en su feudo sin que él no lo autorice.

Y, en lo personal, no dudo que doña Judith sea toda una Chucha Cuerera y que tenga atributos para conducir a buen recaudo a su rebaño, sólo que está entrando por la trastienda, y ese es un estigma que llevará durante el tiempo que dure su encargo, que a como se ha visto que se las gastan en el partido que se ufana de ser “diferente”, podría ser un mes, o en un descuido hasta todo el período para el que fue ominosamente designada.

Retomando el tema con el que cabeceo la presente entrega, Wendy Briceño me causó una grata impresión y me parece que también a quienes participamos en la  reunión del grupo de periodistas “Mesa Kiosco Mayor” el pasado jueves 14 de noviembre, fecha en el que nos acompañó la aspirante y hasta entonces candidata única a dirigir el partido.

En esa fecha, todos los que habíamos seguido a través de la prensa su dinámica y extensiva campaña considerábamos inminente su triunfo y, como lo afirmo en el título de esta columna, nos dejó la impresión de que sería una excelente dirigente.

Nos platicó ampliamente de sus proyectos y planes para implementar una vez que asumiera el cargo, entre los que se destacaba trabajar por la unidad del partido y  fortalecerlo, lo cual, me parece que en virtud de la manera tan desaseada con la que se coronó la actual reina, va a ser poco menos que imposible.

Digan lo que digan, y a pesar de que la propia Wendy le dio a Judith el espaldarazo cuando se concretó la maniobra, una traición tan artera, genera siempre profundas heridas que tarde o temprano afloran. En un gesto que la enaltece y la pinta como una mujer congruente con su historial partidista, Wendy Briceño declaró que quien dirigiría el partido es “una mujer congruente cuya visión refleja cada una de las preocupaciones que me compartieron en este recorrido, además de ser fundadora del movimiento y del partido”.

Declaraciones que hacen muy pocos actores políticos al ser despojados a la mala de aquello por y para lo que han luchado, pues para ello se requiere de mucha congruencia y madurez, atributos no muy frecuentes en los moradores de la jungla en la que se desenvuelven.

El partido gobernante necesitará eventualmente, colocarse en el ánimo de la población como una opción confiable y honesta. Hasta la fecha sólo ha sido el envoltorio con el que se tuvo que cubrir su dirigente y todavía líder moral: Andrés Manuel López Obrador.

Sin embargo, acciones como ésta, exhiben a Morena como uno más de los partidos de siempre y son un presagio de las corruptelas y abusos de poder que vendrán tarde o temprano. Así empezaron el PRI, el PAN y el PRD que paulatinamente fueron privilegiando, por encima de acciones democráticas, los compadrazgos, amiguismo y nepotismo.

Wendy me dio la impresión de ser, además de muy entusiasta y decidida a hacer de Morena el gran partido que Sonora nunca ha conocido, una política con fuertes  convicciones progresistas y con ideas propias que intentaría implementar en el ejercicio de su dirigencia.

Tal vez por ello, a alguien poderoso se le arrugó el entrecejo.

Por hoy fue todo. Gracias por su tolerancia y hasta la próxima.

Twitter: @fjespriella

Correo: felicianoespriella@gmail.com

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