Columna Olor a Dinero
Feliciano J. Espriella
Si el gobernador no es misógino… lo disimula muy bien
Jueves 28 de noviembre de 2024
El día de ayer, en medio de una parafernalia impresionante, el gobierno del estado realizó un evento con motivo del “Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer”, que fue el pasado lunes. Tarde, pero sin sueño, como dirían en el pueblo.
A dicho acto asistieron, como es lógico y natural, las cinco féminas que forman parte del gabinete legal del ejecutivo integrado por 16 elementos. Acompañando al gobernante en el presídium estuvieron Sheila Hernández Alcaraz, secretaria de las Mujeres y Karla Paulina Ocaña Encinas, jefa de la Oficina del Ejecutivo. También se podía apreciar a una gran cantidad de diputadas que fueron colocadas en las primeras filas para el público.
Después de que un par de discursos siguió la perorata del primer mandatario, cuyas primeras palabras me reforzaron la convicción que aparentemente pongo en tela de duda en el título de esta columna y lo sugiere el dicho que dice: “A confesión no solicitada, culpabilidad manifiesta”.
Alfonso Durazo Montaño, en cuanto terminó de agradecer y saludar a todas las y los personajes que lo acompañaban en el presídium, continuó con las siguientes palabras: “A cada una, a cada uno de los diputados locales, funcionarias, funcionarios, servidores públicos que nos acompañan el día de hoy, decirles que sí soy un aliado de las mujeres. Sí soy un aliado de las mujeres y tengo en ese sentido, dos prioridades de mi gobierno: mujeres y jóvenes.
“Son mi más alta prioridad y ese compromiso lo he expresado en la integración de un gabinete paritario, igual número de mujeres que de hombres y ahorita mayor número de mujeres que de hombres”. ¡Vaya cinismo! Pensé cuando escuché esas palabras.
Como lo he escrito en varias ocasiones, los números es algo que evidentemente no se le da al gobernador y si hubiera circunscrito esa falsa afirmación refiriéndola sólo con la palabra paritaria, podría caber la posibilidad que no le quedara muy claro el sentido estricto y sus alcances, se pudiera pensar que es uno más de los muchos dislates que suelta cuando tiene un micrófono enfrente.
Pero al agregarle enseguida e inmediatamente después de paritario: “igual número de mujeres que de hombres y ahorita mayor número de mujeres que de hombres”, queda claro que no fue confusión, sino conscientemente insertado en su discurso, a pesar de saber que seguramente todas las mujeres presentes conocerían que su gabinete legal, ampliado recientemente a 16 dependencias, lo integran 11 varones y sólo 5 mujeres.
Y lo anterior, no sólo es cínico gobernador, es una cruel burla que perfectamente puede tipificarse como violencia de género, pues les restregó en el rostro a todas las damas presentes que a pesar de haber una Ley en Sonora que lo obliga a integrar su gabinete con igual cantidad de hombres y mujeres, usted se la pasa por debajo del arco del triunfo.
¡Qué paradójico! Un acto en el cual, el de la voz cantante, a la vez que fustiga la violencia de género, la ejerce en contra de las asistentes.
Párrafos más adelante, el mandatario agregó: “Quiero que en materia de mujeres seamos invariablemente los primeros y qué representemos la vanguardia nacional”.
Pues que atrasado está el gobernante. Ya somos los primeros en temas relacionados con la mujer: en el ámbito de violencia familiar, el estado ocupa el primer lugar nacional, con una tasa de 1,290.3 mujeres por cada 100,000 habitantes que denunciaron violencia familiar entre enero y octubre de 2023. Además, Sonora se posiciona en el puesto 11 en presuntas víctimas de feminicidio, según estadísticas recientes del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Con lo anterior, queda claro que las políticas públicas en materia de género durante el presente sexenio, si es que las ha habido, no han pasado del discurso a los hechos. Se han quedado sólo en buenos deseos.
Estos datos reflejan un abandono significativo en materia de seguridad y derechos humanos para las mujeres en la entidad. Urgen estrategias efectivas de prevención, atención y justicia que por lo visto, en esta administración que ya va en su segunda mitad, no se verán.
No sé si Alfonso Durazo sea le gobernador más misógino que haya tenido Sonora, pero sí al que más acciones misóginas le he podido conocer. Por cuestiones de espacio, sólo referiré un par más que lo pintan cabalmente.
Al inicio de su mandato fueron designados hombres por evidentes instrucciones suyas, para la presidencia de dos de las más importantes dependencias supuestamente autónomas del estado: El Supremo Tribunal de Justicia (STJ) y la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH). En ninguno de los dos casos se mencionó ni de pasadita a una mujer. Lo mismo sucedió posteriormente con otros organismos.
Y peor aún, como lo he publicado en varias ocasiones, aunque no tengo manera de comprobarlo, sostengo sin temor a equivocarme que el gobernador tiene bloqueada la Ley para la Despenalización del Aborto, que durante su sexenio ha permanecido en algún cajón del olvido en el sumiso Congreso del Estado de Sonora.
Por hoy fue todo. Gracias por su tolerancia y hasta la próxima.
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