Si Pitágoras no mentía, entonces el gobernador sí

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Columna Olor a Dinero

Feliciano J. Espriella

Si Pitágoras no mentía, entonces el gobernador sí

Miércoles 30 de octubre de 2024

Señores: Alfonso Durazo Montaño, gobernador constitucional del estado libre y soberano de Sonora y Roberto Gradillas Pineda, niño prodigio de la actual administración estatal, y simultáneamente secretario de Turismo y secretario de Economía de Sonora, supongo que ya lo saben, pero como dice el dicho, “caras vemos, corazones no sabemos, mejor se los comparto: Pitágoras fue en la antigüedad, lo que conocemos actualmente como una “chucha cuerera” en cuestión de números.

Les platico un poquito de él: fue un filósofo y matemático griego nacido alrededor del año 570 A.C. en la isla de Samos, en el mar Egeo. Es conocido principalmente por el teorema de Pitágoras, que establece que, en un triángulo rectángulo, el cuadrado de la longitud de la hipotenusa es igual a la suma de los cuadrados de las longitudes de los otros dos lados. Eso, que actualmente cualquier chamaco de primaria lo sabe, hace 2,600 años era desconocido hasta que Pitágoras lo descubrió.

De ahí pa’l real, o séase durante 25 siglos, cuando alguien le quiere demostrar a otra persona que en cuestión de números es más tarugo que uno, le dice una frase muy socorrida: “Si Pitágoras no miente…” para enseguida demostrarle elegantemente que el creador le jugó una mala pasada durante el reparto de neuronas.

Ahora entremos en materia. En lo personal quedé muy gratamente impresionado cuando al inicio de la presente administración estatal, el primer mandatario, o séase el gobernador, empezó a declarar que el turismo sería durante su sexenio una de las actividades a las que se les daría un fuerte impulso.

Medio le creí un rato, hasta que leí por ahí que durante la reinauguración de un conocido hotel en San Carlos, echó de su ronco pecho la más descomunal, descabellada e insólita de las declaraciones en materia de economía que gobernante alguno hubiera proferido con anterioridad.

Dijo en esa memorable ocasión, palabras más, palabras menos, que durante su administración la aportación del turismo al Producto Interno Bruto en Sonora, crecería de aproximadamente un 7 por ciento en 2021, a un 20 por ciento al dejar la gubernatura.

Pa’ su mecha, pensé, éste ha de haber fumado algunas hierbitas poco recomendables para hacerlo en eventos públicos o abusó de la champaña. De hecho, hasta lo dudé un poco y me puse a investigar si no le había jugado una mala pasada el periódico que publicó la nota. Pero no, pude comprobar que lo dijo y lo hizo a todo pulmón.

De ahí en adelante ya no le creí ni el bendito, y recordé que ni siquiera conocía el estado y su potencial turístico, como lo demostró durante su campaña política, cuando entre varios otros dislates, ubicó El Pinacate en territorio bajacaliforniano.

Pero volvamos con Pitágoras y su participación en esta entrega. Resulta que además de no haber dado pie con bola la encargada, primero, ni el encargado después, de la actividad turística en la entidad, frecuentemente a través de declaraciones personales y medios de comunicación, presentan a Sonora como si pasara por un boom y los hoteleros se la pasaran rascándose lo que se acostumbra uno rascar cuando la fortuna le sonríe.

Cuando no dicen que Hermosillo ocupa el 5º lugar en ocupación hotelera, publican que el estado creció el 24 por ciento en ese rubro, y mil cosas más, que contrastan con lo que me platican algunos amigos hoteleros que tengo en el estado. Por eso fue que en esta ocasión recurrí a los números y encontré que si es verdad que Pitágoras no mentía, entonces los cuates Durazo y Gradillas, si lo hacen. Lo explico a continuación con numeritos, como le gustaba hacerlo al matemático griego.

Resulta que en el año 2022, los hoteleros por concepto del impuesto al hospedaje recaudaron 124 millones 332 mil 212 pesos, y para el año siguiente, la suma se elevó a 137millones 359 mil 159 pesos. Con esas cifras, cualquiera diría que el gober y su achichincle tienen razón y a los hoteleros les está yendo de poca…

Pues sí, pero no, porque en 2022 el impuesto al hospedaje era del 2 por ciento, y en cambio en 2023, año en que se lo empezó a agandallar el Gobierno del Estado, la tasa subió al 3 por ciento, y aquí es donde precisamente, como diría y demostraría Pitágoras, se baja el cero y no toca. Como ya se acabó el espacio, lo explicaré rapidito:

Suponiendo que los amigos hoteleros, con su altruismo, generosidad y bonhomía que los caracteriza no hubieran elevado del 2022 al 23 sus tarifas, y en ese año se hubieran hospedado la misma cantidad de viajeros que en el anterior, con el incremento del 1 por ciento al hospedaje, la recaudación hubiera sido de 186 millones, 498 mil 318 pesos. 49 millones de pesos más.

¿Qué pasó? Aquí no hay más que dos sopas:

  1. Alguien se está clavando buena parte de la lana que les corresponde a los hoteleros.

2) Se desplomó fuertemente la ocupación en los hoteles y no mienten mis amigos hoteleros cuando al preguntarles cómo le está yendo y me responden: DE LA FREGADA.

Por hoy fue todo. Gracias por su tolerancia y hasta la próxima.

Twitter: @fjespriella

Correo: felicianoespriella@gmail.com

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