Feliciano J. Espriella
La vida no retoña: “Respete el reglamento de tránsito”
Martes 29 de octubre de 2024
La pérdida de vidas humanas como consecuencia de accidentes viales en Hermosillo se ha visto fuertemente incrementada en las últimas semanas. No creo equivocarme si afirmo que en los dos últimos meses ha habido más de estos lamentables casos que en los ocho meses previos.
Lo peor de estos casos, es que muchas de las víctimas han sido virtualmente asesinadas, al participar pasivamente en accidentes que provocaron conductores irresponsables que manejaban en estado de ebriedad, tal vez bajo el influjo de enervantes, así como con exceso de velocidad.
Nada más el pasado jueves, en la capital sonorense se registraron dos accidentes fatales en los que fallecieron dos personas. Primero, una mujer perdió la vida tras de ser atropellada alrededor de las 3:00 de la tarde en el bulevar Gómez Farías, cuando dos carros chocaron provocando que la víctima quedara atrapada debajo de uno de ellos. Ahora sí que sin deberla ni temerla.
Cuatro horas y media después, un joven me parece que de apenas 17 años, falleció en la calle Olivares a la altura de la Ave. Dr. Aguilar, al estrellarse el auto en que viajaba como copiloto, en un poste.
El pasado 2 de octubre, el oficial de la Policía Municipal, Jesús Edgardo Valenzuela Soqui, murió luego de ser atropellado en la colonia Solidaridad mientras hacía fila para comprar tortillas. El responsable, de 40 años de edad, al momento de su detención los oficiales lo hallaron bajo los efectos de sicotrópicos como anfetaminas y metanfetaminas.
El domingo 6 de octubre, una pareja ejemplar e inseparable, fue impactada por un vehículo cuando iban a bordo de una moto y murieron, horas después de festejar el cumpleaños de ella. El cobarde asesino conducía un Ford Focus, rojo, quien después de chocar con la pareja que iba a bordo de la moto, los dejó tirados y luego huyó.
Sobre este tema, un entrañable y viejo amigo (pero no amigo viejo) me envió hace unos días un mensaje que invita a la reflexión y que me parece de interés general. Lo transcribo a continuación:
Tengo ganas de ver antes de morir que las autoridades le hicieran frente con inteligencia a la solución de al menos un problema, aunque lo ideal sería que fueran inteligentes en la solución de todos los problemas.
Respecto a los últimos accidentes ocurridos en la ciudad, desde luego todos tenemos la oportunidad de conducir un automóvil particular o del trabajo y todos nos percatamos de que el tráfico en la ciudad y sobre todo en las denominadas horas pico, es más que caótico.
Y es que no se toma muy en serio. Pero es notorio.
1) La introducción de automóviles ilegales incrementó casi en el doble el parque vehicular. 2) Que yo sepa no hay estudios sobre las vialidades ni acciones dirigidas a remediar la dirección del tráfico. 3) No existen, que yo sepa, verdaderas pruebas de manejo donde los conductores deberían demostrar que conocen las principales reglas de conducción. 4) No existen, que yo sepa, políticas de castigos para infractores donde se les pueda retirar o cancelar su licencia de conducir. De hecho, ni siquiera sé si exista una policía de tránsito.
En Tucson desde que yo tengo memoria el tránsito en las horas pico de la mañana, se hacía uso de un carril adicional para que más carros transiten con mayor facilidad. Sistema que por la tarde se invertía. Eso lo tomo yo como acciones para facilitar la vida.
Desde que el Guatimoc Iberry creo las áreas rojas y que también creo los pares viales, las autoridades poco han hecho para remediar esa situación, aunque debo de decirlo que también los conductores poco han hecho para conducir dentro de las reglas. Aquí es donde yo creo que la educación es muy importante.
Y como publicista que sigo siendo, le solicitare a mi nieto Armando Ruiz que es cinematografista, me cree un comercial de concientización para que la gente (no importa cómo sea o qué carro conduzca) entienda que debe de conducir con propiedad y respeto hacia el reglamento de tránsito y a la comunidad.
La regla pueblerina de los 4 altos llamada alto de cortesía creo funciona bien. ¡Sigamos honrando esa buena regla!
Todos los comunicadores deben de cerrar sus presentaciones con una frase de “¡La vida no retoña!: Respete el reglamento de tránsito”.
Si no logro el comercial (que si lo lograré) puedo solicitarle a mi amigo Miguel León nos preste una serie de cajones nuevos o usados para que bajo el sistema BTL (Below the line) coloque los féretros en algunos camellones para recordarles a los conductores que los posibles choques por “textear” cuando se conduce, pueden tener graves consecuencias.
Hasta ahí el mensaje. Una excelente idea, esperemos que la materialice.
Una precisión sobre el significado de Publicidad Below The Line (BTL): Este tipo de publicidad se enfoca en estrategias de marketing no masivas, como eventos, promociones en tiendas, muestras, y otras actividades que permiten una interacción directa con el consumidor. Es una forma creativa y personalizada de llegar a un público específico.
Por hoy fue todo. Gracias por su tolerancia y hasta la próxima.
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