Columna Olor a Dinero
Feliciano J. Espriella
El modelo de crecimiento de la ciudad frenó a Hermosillo: Natalia Rivera
Martes 24 de septiembre de 2024
El pasado jueves 5 de septiembre nos acompañó a los periodistas que integramos la mesa de análisis “Kiosco Mayor”, la muy conocida política y hoy regidora del cabildo de Hermosillo, Natalia Rivera Grijalva, quien goza de un amplio reconocimiento por su integridad y capacidad entre la sociedad sonorense.
Platicamos con nuestra invitada sobre un amplio abanico de temas, sobre los cuales, dada la diversidad de responsabilidades que ha ostentado a lo largo de 30 años en el servicio público, cuenta con amplios conocimientos.
En lo personal, y en virtud de la línea de periodismo que he ejercido preponderantemente a lo largo de tres décadas, me llamó fuertemente la atención su enfoque sobre el freno en el desarrollo económico que experimentó el estado y muy particularmente Hermosillo, frente a otras entidades y ciudades de la frontera norte del país.
En el transcurso de la charla, el compañero Luis Fernando Oropeza Jiménez, sacó a relucir el tema y le dijo a la regidora: “Hablando de la vieja política, Natalia, Hermosillo en los setentas era una ciudad emergente, pujante, con un desarrollo sobre sus pares en la región noroeste, Saltillo, Torreón, era pueblos comparativamente”.
La respuesta de la invitada fue prácticamente automática, y sin titubeos, dijo: “Fue el modelo de crecimiento de la ciudad. La verdad es que tenemos un modelo de crecimiento que no permitió desarrollarnos como las otras ciudades”.
Como en lo personal coincido sólo con parte de dicha afirmación, comenté que en mi opinión fue la economía sonorense en aquel entonces enfocada primordialmente en actividades primarias la principal causa del atraso que hasta la fecha no hemos superado. En las décadas de los 70 a los 90, mientras en todas las entidades de la frontera norte, cuando se presentó el llamado boom maquilador le dieron un fuerte impulso a la industrialización mientras nosotros continuábamos con la vista puesta en el campo.
Sin embargo, Natalia tiene otro enfoque, a mi ver no exento de razón, aunque como comenté anteriormente, no lo comparto del todo. A mis comentarios respondió:
“No fue la economía sino el modelo de crecimiento y la política de gasto que se tuvo”. Luego, señaló que “ya quisieran muchas ciudades nuestro clúster aeroespacial que está entre los cinco más importantes del país, ya quisieran en muchas ciudades nuestro clúster eléctrico electrónico, se nos acaba de ir Black and Decker pero aun así tenemos un clúster eléctrico electrónico respetable, somos la capital del principal clúster minero del país, no es la economía porque en lo económico Hermosillo tiene potencial, tiene brazo”.
Los comentarios anteriores son muy válidos, pero se refieren al presente y se generaron a partir del inicio de este siglo, cuando Hermosillo, Cd. Obregón, la mayoría de nuestras ciudades importantes y particularmente el estado en su conjunto, ya se habían rezagado y mucho frente a sus pares en el norte del país.
¿Qué creo yo que es lo que pasó? Se auto preguntó la invitada. Responde: “Uno, dejamos de invertir para que la ciudad siga teniendo brazos, dime, ¿Cuántos parques industriales tenemos ahorita que puedan ser host de nuevas inversiones?
“Creo yo que no es tanto el modelo económico (agregó) porque el modelo económico ha sido relativamente bueno, porque de manera natural Hermosillo y Sonora se vuelven atractivos, no porque tengamos una política de desarrollo económico claramente definida, ¿si no? ¿que tuviéramos? más parques industriales, mucha mejor conectividad”.
En este punto destaqué en la reunión que en la década de los 70, período en el que por cuestiones de trabajo viajé intensamente por todo el norte y especialmente el noroeste de México, después de Tijuana y Monterrey, Hermosillo tenía con mucho, la mejor conectividad aérea.
“Es lo que digo -me respondió Natalia-, creo yo, que de un tiempo a la fecha, el modelo de crecimiento que tuvimos como estado se caracterizó por una cosa: no tener modelo de crecimiento, no tener una política única, no tener una política conectada entre una línea y otra”.
Aunque, repito, no concuerdo totalmente con la visión de Natalia Rivera sobre el origen y las causas del estancamiento de Hermosillo y el estado, sí coincidimos en que éste se dio y que las expectativas actuales son promisorias para abatir o cuando menos disminuir el rezago.
En su responsabilidad actual en el cabildo de la ciudad tendrá manera de contribuir a ello, y en lo personal, por lo que le conozco, no tengo la menor duda de que lo hará y seguramente su contribución será positiva y muy valiosa.
Por hoy fue todo. Gracias por su tolerancia y hasta la próxima.
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