Nunca había estado peor el país

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Columna Olor a Dinero

Feliciano J. Espriella

Nunca había estado peor el país

Jueves 5 de septiembre de 2024

La frase con la que cabeceo esta entrega ha sido sin duda alguna de las más leídas, vistas y escuchadas en los últimos años. La han emitido todo tipo de políticos de oposición, la comentocracia en su conjunto, el cártel del chayote en pleno, conspicuos miembros de la jerarquía católica, y en general, casi todos aquellos personajes que han hecho dogma de fe de la denostación y el denuesto al presidente y su gobierno.

Y reflexionando últimamente sobre el contenido implícito en la frase, he llegado a la conclusión de que tienen razón. Tienen absolutamente toda la razón. Lo ilustro con algunos ejemplos.

Tiene toditita la razón cuando lo afirma el ibero nacionalizado totonaca Joaquín López-Dóriga, porque para él nunca había estado peor el país. Durante cuando menos cinco décadas vivió prácticamente en jauja y en condiciones paradisíacas.

Durante un demonial de años fue consentido y apapachado por todas las más altas figuras de autoridad del país, los hombres y mujeres más acaudaladas, cardenales, obispos, figuras del espectáculo, grandes deportistas e intelectuales, por nombrar algunos, formaban un séquito que le demostraban respeto, consideración y le rendían pleitesía.

Cómo no va a considerar que nunca había estado peor el país, si estos últimos seis años el gobierno federal no ha celebrado convenios con sus empresas pantalla por cientos de millones de pesos como estaba acostumbrado. No es poca cosa pasar de 250 millones de pesos recibidos en el sexenio anterior a 0 pesos con 0 centavos en el actual y, si además le agregamos que en vez de ser recibido con alfombra roja en la oficina de la presidencia ya ni siquiera le permiten acercarse al umbral, la cosa empeora.

Por las mismas razones, sólo que seguramente en menor proporción, deben considerar que nunca había estado peor el país Ciro Gómez Leyva, Carlos Marín, Pepe Cárdenas, Carlos Loret de Mola, Azucena Uresti, Denise Dresser, María Amparo Casar, y un etcétera tan largo que si no lo omitiera, hacer una relación me llevaría a ocupar el resto del espacio y seguramente me faltaría mucho más.

Cómo no va a estar peor el país para los militantes del PRI y el PAN si antes tenían en sus manos y bajo su dominio la gran mayoría de las posiciones de poder, así como el control y acceso al erario, al que operaban como si fueran sus cuentas bancarias personales para vivir literalmente en la opulencia y, consecuentemente, desviar sin el menor recato una buena cantidad de fondos hacia sus cuentas personales, y ahora, sólo les quedan un puñado de puestos de muy poca cuantía que paulatinamente va disminuyendo.

Cómo no va a estar peor el país para una muchedumbre de empresarios rapaces que hicieron insultantes fortunas al amparo del poder y sus contribuciones al erario las eludían o descaradamente las evadían impunemente.

Y personalizándolo, agrego: cómo no va a estar peor el país para Ricardo Salinas Pliego cuya rapacidad es frecuentemente exhibida y sabe que tarde o temprano tendrá que rendir cuentas al SAT y pagarle la fortuna que le adeuda.

Cómo no va a estar peor el país para Claudio X González Laporte y su inútil hijito del mismo nombre, si ya no se les permite estafar a los consumidores de sus productos mediante alianzas con otros fabricantes para inflar artificialmente los precios.

Cómo no va a estar peor el país para santones como Diego Valadés Ríos quien fungió como ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) tan sólo del 31 de mayo de 1994 al 31 de diciembre de ese mismo año (siete meses), y desde entonces y por ello, recibe una jugosa pensión que en la actualidad asciende a 250 mil pesos mensuales, la cual, a pesar de habérsele otorgado como vitalicia, muy probablemente pierda a consecuencia de la Reforma Judicial en proceso de aprobación.

Cómo no va a estar peor el país para varios políticos entre los que figuran Roberto Madrazo y Manlio Fabio Beltrones, si en este sexenio se les cancelaron contratos y convenios con las dependencias del sector salud mediante los cuales les vendían medicinas por el orden de 100 mil millones de pesos cada año y, por añadidura, cómo no va a estar peor el país a los seguramente cientos de integrantes de la red de complicidades que debieron haber tejido dentro de las instituciones.

Como en todos los casos anteriores, hay cientos de miles o quizás millones de personajes y personitas damnificadas a quienes la podredumbre generalizada al interior de todas las estructuras de gobierno que se fueron acumulando durante décadas al interior de los regímenes neoliberales, quienes con toda razón hoy afirman qué: “Nunca había estado peor el país”

Por hoy fue todo. Gracias por su tolerancia y hasta la próxima.

Twitter: @fjespriella

Correo: felicianoespriella@gmail.com

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