Columna Olor a Dinero
Feliciano J. Espriella
No hay parto sin dolor II
Lunes 2 de septiembre de 2024
En mi anterior despacho relaté brevemente el horror que se vivió en México en los últimos tres meses del desgobierno de Luis Echeverría, como ejemplo de que hemos pasado por situaciones mucho peores a las que se avizoran como respuesta a las reformas a la Constitución que se aprobarán en el futuro inmediato.
De hecho, en ese sentido, desde el viernes empezó a circular por las redes sociales información con un listado de calamidades que prevén se nos avecinan a consecuencia de la reforma judicial. De concretarse algunas, como lo afirmo en la entrega anterior, formarían parte de los trastornos inherentes a un embarazo complicado de cuya gestación nacerá un México nuevo. Por ello el título de esta columna.
Las más que advertencias, veladas amenazas, son en el sentido de que Morgan Stanley degrada recomendación para invertir en México por reforma de AMLO al Poder Judicial; que Citibanamex advierte riesgos por reforma judicial y sobrerrepresentación de Morena en el Congreso; el Bank of America califica de “muy alto riesgo” la reforma al poder judicial y que la agencia Fitch Ratings estima que la aprobación de la reforma judicial podría impactar negativamente a México, entre una veintena más por el mismo tenor.
El aludido mensaje me llegó a través de tres grupos de WhatsApp en los que participo y por conducto de un buen amigo cuyo nombre me reservo, pues es la respuesta que le di la base del desarrollo del presente tema. La transcribo a continuación:
“Mi querido amigo, agradezco la información, aunque no me estás diciendo nada nuevo. No tengo la menor duda de que existen fuertes presiones tanto internas como externas por el tema de las reformas y muy particularmente por la del Poder Judicial; presiones que se incrementarán en los próximos meses con los consecuentes golpes a la economía que muy probablemente impacten en el crecimiento del país, la paridad cambiaria y la inflación en lo que queda del año y en 2025.
Sin embargo, dudo mucho que los efectos se equiparen a la crisis provocada en 1976 por Luis Echeverría, la cual, es el tema de mi columna en circulación, cuyo audio, si no lo has escuchado, te recomiendo hacerlo. Por cierto, en dicha reseña, por cuestiones de espacio omití publicar que las inflaciones de 1976 y los dos años siguientes hicieron estragos en la economía de las familias mexicanas: fueron de 27.20%, 20.66% y 16.17% respectivamente.
Pero cuando los mexicanos creíamos que ya habíamos tocado fondo y nos encaminábamos a, como dijo el entonces presidente López Portillo, administrar la abundancia, un baldazo con el agua más fría que la del Polo Norte nos arrancó los sueños a todos el día 17 de febrero de 1982, fecha en que se anunció a la nación que el Banco de México se retiraba del mercado de cambios, lo que llevó a una devaluación del peso de 22 a 70 pesos por dólar.
Los meses siguientes fueron de verdadera locura que culminaron el 1o de septiembre, día del último informe del malhadado Jolopo (como ya se le decía al presidente) en que emitió un decreto mediante el cual “estatizó la banca del país” (erróneamente porque ya era nacional, se dice nacionalizó, a diferencia de ahora que es mayoritariamente extranjera) y estableció un control generalizado de cambios, mediante el cual, los mexicanos no podíamos comprar dólares, salvo que demostráramos documentalmente que saldríamos del país y nos autorizaban creo que hasta 300 dólares por viajero.
Y ya que hablamos de crisis, ¿recuerdas la de los seis años que nos gobernó Miguel de la Madrid?, te lo refresco, aunque supongo que como estuviste muy ligado al sector financiero y la sufriste en carne propia, la debes tener muy presente.
La crisis de 1982 fue aún peor que la de 1976. Provocó una devaluación de 3,100% en el sexenio 82-88, la inflación creció 4,030%, el poder adquisitivo decreció 70% y el PIB per cápita se encogió 10%.
Por lo visto hay muchos compatriotas, seguro que mayoritariamente menores a 45 años, a los que les asusta que el valor del peso oscila a razón de 20 por uno (que de hecho es menor a 20.22 como se cotizaba al inicio de la administración); alguien debería informarles que eso es pecata minuta
¿Te acuerdas de que al inicio del gobierno de Miguel de la Madrid, en diciembre de 1982, la paridad peso-dólar era de aproximadamente 70 pesos por dólar y al finalizar su mandato en noviembre de 1988, la paridad había aumentado a alrededor de 2,298 pesos por dólar. Y todavía habría más:
El 20 de diciembre de 1994, cuando todavía no alcanzaba a calentar la silla presidencial Ernesto Zedillo, se registró de nuevo una abrupta devaluación del peso que derivó en una crisis cambiaria que el gobierno fue incapaz de contener. Esta devaluación provocó una fuga masiva de capitales, una severa crisis de confianza en los mercados y una profunda recesión económica. El PIB de México se contrajo un 6.2% en 1995, se perdieron cientos de miles de empleos y la inflación se disparó al 52%.
Hasta aquí la respuesta al amigo y a quienes viven con el alma en un hilo por la “catástrofe” que se avecina.
Por hoy fue todo. Gracias por su tolerancia y hasta la próxima.
Twitter: @fjespriella
Correo: felicianoespriella@gmail.com