Claudia Sheinbaum, presidenta electa, ofrece un mensaje en el Teatro Metropolitan tras haber recibido del TEPJF la constancia de mayoría que la acredita como próxima mandataria de México.
Tomado de La Jornada
Georgina Saldierna y Néstor Jiménez
Foto Marco Peláez
Jueves 15 de agosto de 2024 16:28
Ciudad de México. La presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo, enalteció la lucha que han dado las mujeres a través de la historia para que hoy por primera vez sea una mujer quien ocupará la presidencia de la República. En su primer acto público, después de que por la mañana recibió la constancia que la acredita como la próxima presidenta, reiteró que la elección de las y los ministros, magistrados y jueces, va, porque “es un mandato popular”. También, dejó en claro que no se deslindará del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Durante su mensaje ante su próximo gabinete, gobernadores electos y en funciones, legisladores e integrantes de Morena, llamó al partido guinda a reformar sus estatutos para separar con claridad las tareas partidarias de las de gobierno, y en seguida subrayó que a partir de este momento deja de representar a una parte de la sociedad para representar a todos los mexicanos.
Para su primer acto como presidenta electa, las más de 3 mil 100 butacas del teatro Metropolitan, en la zona centro de la Ciudad de México, lucieron ocupadas. Incluso, muchos tuvieron que permanecer de pie en los pasillos.
La segunda fila fue ocupada por todos los gobernadores en funciones y electos de Morena, mientras que en la primera fila se colocó su próximo gabinete. También estuvo en la primera fila los actuales secretarios de la Defensa Nacional y de Marina.
Ante el grito de “presidenta, presidenta” con el que fue recibida en este auditorio, expuso que con el voto del 2 de junio, “se plasmaron dos mandatos claros y contundentes: El primero, es tiempo de transformación. El segundo, es tiempo de mujeres”.
A lo largo de 47 minutos, en un mensaje que aclaró que sería corto ya que tendrá oportunidad el 1 de octubre, en su toma de protesta, para ampliarlo, dedicó una gran parte para reivindicar la lucha de las mujeres. Al tiempo que insistió que no llega sola, sino acompañada de las luchadoras que han dado incluso su vida para que llegue el momento en que en una mujer ocupe la presidencia.
Y al recalcar que no llega sola, en un emotivo mensaje expresó que llegan “también llegan las invisibles, que con estas líneas hago visibles. Hago aparecer a quienes quisieron desaparecer, las que lucharon por su sueño y lo lograron, las que lucharon y no lo lograron. Llegan las que pudieron sacar la voz y las que no lo hicieron. Llegan las que han tenido que callar y luego gritaron a solas. Llegan las más marginadas. Llegan las abuelas, las bisabuelas, que no aprendieron a leer y a escribir porque la escuela no era para niñas. Llegan nuestras tías que encontraron en su soledad la manera de ser fuertes. Llegan nuestras madres que nos dieron la vida y después volvieron a dárnoslos todo”.
Asimismo, “llegan nuestras hermanas. Llegan nuestras compañeras. Llegan nuestras amigas. Llegan las mujeres anónimas, las heroínas anónimas, que desde su hogar, las calles o sus lugares de trabajo lucharon por ver este momento. Llegan ellas, las que soñaron con la posibilidad de que algún día no importaría si nacíamos siendo mujeres o naciendo siendo hombres, podemos realizar nuestros sueños y deseos sin que nuestro sexo determine nuestro destino. Llegan ellas, todas ellas, que nos pensaron y nos piensan libres y felices. Y con todas ellas a nuestro lado, aquí, cerquita de nosotras, llegan también nuestros grandes anhelos, que no son sólo para las mujeres”.
Sus palabras desataron los gritos de “la primera, la primera”, en una alusión a la primera presidenta que tendrá México. También, se escuchó el coro de “es un honor, estar con Claudia hoy”, con el que la arroparon durante su campaña.
“Durante mucho tiempo las mujeres fuimos anuladas. A muchas de nosotras nos contaron desde niñas una versión de la historia que nos quería hacer creer que el curso de la humanidad era protagonizado únicamente por hombres”, indicó la futura mandataria.
Al instante, nombró a algunas de las mujeres que han sido trascendentales en la historia del país, y que también, dijo, llegan con ella a este momento. Citó de esta forma a Leona Vicario, a “Josefa Ortiz, perdonen que no diga de Domínguez”, aclaró, a las chinacas, a las obreras del tiempo del porfiriato, a Dolores Jiménez y Juana Gutiérrez, Elvia Carrillo Puerto, Hermila Galindo, Refugio García, Consuelo Uranga y Esther Chapa. Nombró a Sor Juan Inés de la Cruz, Frida Kahlo y a Rosario Castellanos. Todas ellas trabajaron para que las mujeres tengan el reconocimiento del derecho a votar, a la educación, al divorcio y a la salud.
Frente a su legado, y al igual que lo hizo por la mañana en la sede del Tribunal Electoral, hizo una respetuosa invitación: “A que nombremos presidenta con ‘A’… así como decimos jueza, abogada, científica, ingeniera, con ‘A’, porque como nos han enseñado, lo que se nombra existe y lo que no se nombra no existe, y hoy con mucho orgullo podemos reivindicarlo. Tuvieron que pasar 200 años de México independiente, 200 años… 200 años, se dicen fácil, dos siglos, varias generaciones de por medio, 65 presidentes hombres previos, para que hoy podamos decir presidenta”.
“Ha sido, es y será un honor estar con Obrador”
Sobre Andrés Manuel López Obrador, al que calificó como “el mejor presidente que ha tenido México en su historia”, dijo:
“Nuestros adversarios se molestan cuando hablo de Andrés Manuel López Obrador. Piensan que me afecta cuando repiten sus insultos cargados de misoginia. Lo que quisieran es que hubiera un deslinde que marcará diferencia, que lo criticara…. no lo voy a hacer. Nunca. Primero, porque para mí ha sido, es y será un honor estar con Obrador”.
Momentos antes, recapituló varios de los logros del presente sexenio. Destacó los planes de justicia para pueblos indígenas, aeropuertos, el Tren Maya, la nacionalización del litio, la compra de plantas eléctricas, el Banco del Bienestar, la desaparición del outsourcing y la fortaleza de la economía nacional. Y así siguió por por varios minutos más al retomar varios de los proyectos del gobierno de López Obrador.
Además, se refirió a la eventual reforma del Poder Judicial que se analiza en el Congreso de la Unión. A los trabajadores del este sector, garantizó que se respetarán sus derechos laborales y su carrera. En tanto, ante las preocupaciones de empresarios nacionales y extranjeros, enfatizó que “estamos fortaleciendo el Estado de Derecho para erradicar la corrupción, el nepotismo y el privilegio de algunos. No tienen de qué preocuparse, todo lo contrario, tendrán la garantía, ahora sí, de una verdadera independencia y autonomía del Poder Judicial y del Estado de Derecho”.
Pero en el caso de la elección de ministros, magistrados y jueces, sostuvo: “Lo que debe estar claro, es que la elección de las y los ministros, magistrados y jueces, es un mandato popular. Lo dije ahora, no me dejarán mentir, estuvimos ahí en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, estaban presentes los ministros de la Suprema Corte de Justicia y lo dijimos claro, hay un mandato popular de mejorar la justicia para las mexicanas y los mexicanos”.
Después, hizo un paréntesis en su mensaje para hablar del movimiento que ahora encabeza. Antes de apuntar que “dejo de representar a una parte de la sociedad y represento a partir de hoy a todas y todos los mexicanos”, sugirió que sería pertinente convocar a un congreso de Morena en septiembre, encaminado a actualizar los documentos básicos y estatutos del partido guinda, “y que se pueda trazar una ruta clara que separe la labor del partido y la labor del gobierno en el proceso de transformación. Y por supuesto, es una sugerencia que en este congreso se elija a la nueva dirigencia de nuestro partido”.
Al igual que fue recibida, se retiró entre el coro de “presidenta, presidenta”, mientras en la calle la esperaban cientos de simpatizantes.