Después de las 11:00 de la mañana llegaron a Palacio Nacional los padres y madres de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos en septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero, para sostener una reunión con el presidente Andrés Manuel López Obrador.
El encuentro se realiza como parte del compromiso del titular del Ejecutivo federal de reunirse con ellos después de la jornada electoral.
Melitón Ortega, vocero de las familias, señaló que esta reunión va a definir la ruta de lucha de los próximos meses y apuntó que ante la transición presidencial, “es un hecho que debe haber continuidad”.
Entrevistado antes de ingresar al encuentro con el presidente López Obrador, indicó en la reunión reiterarán su exigencia de que el Ejército entregue los más de 800 folios que tiene en su poder con información que los padres consideran fundamental para esclarecer el caso.
Ortega dijo que se tratarán temas que tienen que ver con nuevas carpetas de investigación y órdenes de aprehensión.
“No tenemos mucha esperanza de tener informaciones importantes, sino más bien estamos esperando con esa idea de repetir todo lo que ya se viene trabajando estos últimos meses, pero vamos a escuchar la información nueva que el presidente va a dar.
“Vamos a escuchar cuál va a ser el planteamiento del presidente porque queremos decir que no logro esclarecer y resolver el tema de los 43 y ya prácticamente está fuera de su mandato”, reclamó.
Alrededor de las 11:20 horas, los familiares de los jóvenes ingresaron por la calle Moneda -que se encuentra cerrada con vallas- y Correo Mayor, portando imágenes de sus hijos, estudiantes de la Escuela Normal Rural Isidro Burgos.
Los acompañan el abogado Vidulfo Rosales; Santiago Aguirre, director del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez y Abel Barrera, fundador del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan.
En el marco de su jornada nacional de lucha, docenas de profesores de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) realizan una concentración en la calle Corregidora, donde recordaron que a casi 10 años de la desaparición de los 43 estudiantes, el caso sigue sin resolverse y sin acceso a la justicia.
En la zona, se registró un conato de violencia, luego de que se registraran empujones entre algunos maestros y un pequeño grupo de comerciantes, inconformes por obstruir sus negocios.