Pekín. La sonda Chang’e-6 aterrizó en la cara oculta de la Luna este domingo con la finalidad de recolectar muestras piedras y suelo de la cuenca Aitken del Polo Sur y traerlas a la Tierra para estudiarlas, informó la Administración Nacional del Espacio de China (CNSA, por sus siglas en inglés), lo que representa el primer esfuerzo de este tipo en la historia de la exploración lunar humana.
Con el apoyo del satélite de retransmisión Queqiao-2, conectada hacia la Tierra, el módulo de aterrizaje encendió su motor de 7 mil 500 newtons a las 6:09 horas locales, para reducir la velocidad y comenzó a descender desde unos 15 kilómetros sobre la superficie lunar, describió la CNSA en un comunicado
Durante este proceso, de acuerdo con la a agencia espacial, las cámaras del módulo de aterrizaje tomaron fotografías de la zona y las transmitieron a las computadoras de otros operadores para identificar posibles peligros en la superficie, como rocas grandes.
El aparto posteriormente flotó a unos 100 metros sobre la zona segura y utilizó un escáner láser de tercera dimensión para detectar obstáculos para seleccionar el lugar de aterrizaje final antes de un lento descenso vertical. Cuando la combinación se acercó a la superficie lunar, apagó el motor y aterrizó en caída libre a las 6:23, protegido por un sistema de amortiguación.
Con un brazo robótico y un taladro, el módulo tendrá como objetivo recolectar 2 kilos de material lunar y traerlo de regreso a la Tierra.” Es el primer esfuerzo de este tipo en la historia de la exploración lunar humana”, precisó la agencia estatal de noticias Xinhua.
La misión “implica muchas innovaciones de ingeniería, altos riesgos y grandes dificultades”, afirmó la CNSA. “Las cargas útiles transportadas por el módulo de aterrizaje Chang’e-6 funcionarán según lo planeado y llevarán a cabo misiones de exploración científica”, resaltó.
Las operaciones en la cara oculta de la Luna son más difíciles porque no está frente a la Tierra, lo que requiere un satélite de retransmisión para mantener las comunicaciones. El terreno también es más accidentado, con menos zonas planas para aterrizar.
Desde su lanzamiento, el 3 de mayo pasado, Chang’e-6 ha transitado por varias etapas dentro de esta misión, como la transferencia desde la Tierra, el frenado cerca de la Luna, además de introducirse a la órbita lunar. Previo a su descenso, la combinación de módulo de aterrizaje y ascenso se separó de la combinación de orbitador y retorno el 30 de mayo, dijo la CNSA.
Esta misión es la sexta del programa de exploración Chang’e, que lleva el nombre de la diosa china de la Luna. Chang’e-6 es el segundo diseñado para traer muestras desde el satélite natura de la Tierra, tras el Chang’e 5, que lo hizo desde el lado cercano en 2020.
La nueva misión está preparada para un proceso de muestreo más rápido. Se espera que demore aproximadamente 14 horas, una reducción significativa de las 22 horas que se requirió con el Chang’e-5. En esa operación se enviaron alrededor de mil instrucciones durante todo el proceso de muestreo, mientras que para Chang’e-6 se espera que el número se reduzca a aproximadamente a 400.
China pretende llevar una persona a la luna antes de 2030, lo que la convertiría en la segunda nación después de Estados Unidos en hacerlo. Las autoridades estadunidenses están planeando volver a llevar astronautas a la luna, por primera vez en más de 50 años, aunque la NASA retrasó la fecha prevista hasta 2026 a principios de este año.