Utiliza China sofisticados esquemas de videovigilancia

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Pekín. Una discusión a gritos entre taxistas que amenaza con volverse física es zanjada en menos de dos minutos por personal policiaco en la ciudad de Shenzhen. Las cámaras de videovigilancia, a la vista de cualquier transeúnte, son parte de la respuesta rápida que se tiene para evitar problemas de seguridad, explican residentes de la ciudad costera que atestiguan el hecho al lado de una comitiva latinoamericana.

Las ciudades de China encabezan los listados occidentales sobre urbes con mayor videovigilancia en el mundo –se estima que más de 700 millones de cámaras se encuentran apostadas en el territorio con más de mil 400 millones de habitantes. Sin embargo, dependiendo del compilador, también destacan Atlanta, Washington, Nueva York, Delhi, Seúl, Singapur, Londres, la Ciudad de México y Los Ángeles.

La tecnología de vigilancia es una industria que, de acuerdo con estimados publicados por Statista, superó 148 mil millones de dólares el año pasado y para 2028 se pronostica que escale a 235 mil millones de dólares. Esto incluye el software necesario para monitorear el comportamiento y las actividades, así como para gestionar la información, añade la plataforma de datos.

En China, el negocio de los panópticos digitales es alimentado por las compañías locales. En Shanghái, el City Brain desarrollado por Alibaba utiliza inteligencia artificial para resolver problemas de transporte, seguridad y planificación urbana. Conectados al cerebro de Pudong, más de 290 mil cámaras con capacidad de hacer reconocimiento facial y miles de micrófonos con un alcance de hasta 90 metros alimentan los datos para que la inteligencia artificial se anticipe a ciertos acontecimientos.

Las cámaras de reconocimiento facial biométrico, los drones y las imágenes satelitales ayudan a capturar millones de imágenes de los distritos. Luego, los sistemas de inteligencia artificial (IA) de aprendizaje profundo identifican problemas como estacionamiento ilegal, infracciones de tránsito, multitudes y vertederos de basura ilegales. El sistema también puede ajustar la sincronización del semáforo o alertar a los servicios de emergencia, detalla un artículo de divulgación del Consumer Technology Association (CES).

En Shenzhen, el cerebro de la ciudad respalda su información en los servicios de nube de Huawei, la infraestructura física –cámaras, micrófonos y sensores– es suministrada por diversas compañías. En un recorrido por una de las salas de exposición del también gigante tecnológico, se muestran algunos de los casos concretos donde se dan servicios sobre la asistencia de datos, surgen los cuestionamientos acerca del tema de la vigilancia y si implica alguna invasión para los transeúntes.

Quejas no son recurrentes

Los sistemas no se usan para vigilar a los ciudadanos, sino para gestionar los acontecimientos de la ciudad, rebate un empleado de Huawei, al preguntarle cómo conciliar la vigilancia permanente y la captación de datos con el tránsito de los ciudadanos. El trabajador enfatiza que no son recurrentes las quejas, al tiempo que dice desconocer el número de cámaras que respaldan su información en los servicios de nube que provee la compañía.

En general, ni en Shenzhen ni en Pekín hay un intento por ocultar las cámaras. Las torres de menos de tres metros de altura hacen manifiesta la vigilancia. Se encuentran lo mismo en medio de la Muralla China o en la Ciudad Prohibida, que cerca de las paradas de autobuses o en parques.

La inseguridad se ha reducido y la percepción de ésta también, asegura durante un recorrido por Pekín una ciudadana china, actualmente con residencia en México. Asegura que ninguna urbe del país asiático es tan segura como la capital, donde se encuentra la sede del poder político a cargo del Partido Comunista de China. “Puedes caminar por aquí (la avenida Chang’an) a las 3 de la mañana y no pasará nada”.

La seguridad ha mejorado, pero la principal causa no es la videovigilancia, considera la joven. En su lectura la mejora del poder adquisitivo de la población, sobre todo en ciudades, ha ayudado al sistema de seguridad. Hace 10, 15 años, no era igual. Ahora aquí (Pekín) hay mucha seguridad y tecnología, puedes pasear en la madrugada sin que pase nada, pero también es que la gente en general tiene más trabajo y mejor economía, considera.

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