La seguridad aérea en México ha vuelto a estar en el centro de atención mundial. La Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) ha expresado preocupaciones sobre la seguridad en el país, incluyendo a México en una ‘lista negra’, junto a Rusia, Zimbabwe, República Democrática del Congo, Ecuador, Liberia, Armenia y Bután.
La OACI señaló en el texto que las preocupaciones se centran en los servicios de navegación aérea, específicamente en la falta de actualización en las inspecciones de vuelo de las radioayudas, usadas para determinar la posición de un avión en el aire respecto a una estación en tierra, ayudando al piloto a navegar en cualquier condición meteorológica y a establecer patrones de espera y aproximaciones precisas.
El Capitán Francisco Gómez Ortigoza, tesorero del Colegio de Pilotos Aviadores de México, explica que Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano se encarga de su instalación, operación, verificación y mantenimiento.
“Lo hacen de manera muy eficiente. Si estas ayudas a la navegación no funcionaran o fueran imprecisas, lo sabríamos de inmediato, ya que somos los primeros en utilizarlas y requieren un alto grado de precisión. Funcionan muy bien. El problema aquí es que la autoridad no ha certificado su correcto funcionamiento; es una cuestión de ejercer su función de supervisión,” añade en una entrevista con Expansión.
Destaca que, si estos sistemas no funcionaran, la mayoría de los vuelos no se realizarían debido a problemas de seguridad. Sin embargo, “hay temas con la autoridad que no se están resolviendo, y eso es lo que se está señalando”.
El documento de la OACI, emitido internamente para los estados miembros de la OACI y posteriormente filtrado por organismos locales del sector, señala que debido a que las preocupaciones importantes de seguridad operacional en México no han sido resueltas, el organismo ha aprobado notificar a todos los estados miembros.
¿Qué implica para México estar en esa lista negra?
Según el Capitán Gómez Ortigoza, el principal riesgo de esta advertencia es que reduce el atractivo de volar en México, disminuyendo así la posibilidad de aumentar la conexión aérea del país.
“Consideraría que en México existe un nivel de riesgo certificado por una autoridad internacional. Entonces, debo decidir si aumento, disminuyo o mantengo las primas de seguro. Asimismo, los arrendadores de aeronaves, el público usuario y las Secretarías de Turismo de otros países también deben tomar decisiones,” sostiene.
La situación surge después de que, en septiembre del año pasado, la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA, por sus siglas en inglés) oficializó la recuperación de la Categoría 1 en seguridad aérea para México.
Hasta el momento, la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC) no ha emitido ningún comunicado al respecto. Según Gerardo Herrera, analista del sector aéreo y catedrático de la Universidad Iberoamericana, esta falta de respuesta representa un riesgo potencial para mantener la Categoría 1, que permite a las aerolíneas mexicanas ampliar sus códigos compartidos y aumentar su oferta de rutas en Estados Unidos.
“No he visto ninguna respuesta de la autoridad indicando que van a abordar este asunto. Deberían haber comunicado de inmediato para tranquilizar a todos, pero no hay ningún posicionamiento,” añade.
Dado que en México se celebrarán elecciones presidenciales en menos de dos semanas, el especialista expresa su preocupación de que la advertencia de la OACI no tenga ningún efecto y no se tomen medidas al respecto. Esto podría resultar en que, “en cualquier momento, la FAA realice una auditoría y México vuelva a descender a la Categoría 2”.
“Esta deficiencia y llamada de atención nos coloca en un grupo marginal de países muy rezagados, cuyas prácticas difícilmente cumplen con los estándares internacionales. Estando en Norteamérica, nuestros estándares no deberían compararse con los de Rusia, Zimbabue o el Congo, sino con los de Estados Unidos y Canadá,” concluye.