La exposición Ángeles: Las huestes celestiales en la Tierra, en el Museo Nacional de Arte (Munal), propone una reflexión sobre el papel que estos considerados seres divinos fungen y los cambios que han sufrido ante el paso del tiempo, ya que han sido mensajeros y símbolos de libertad a guardianes, acompañantes, guerreros y sanadores.
La exhibición está integrada por unas 200 piezas de artistas nacionales y extranjeros que van del siglo XVI a lo contemporáneo; incluso, hay obras de autores desconocidos.
La palabra ángel proviene del latín angelus, que significa mensajero. Estos seres con alas se dividen en nueve grandes grupos denominados coros: en el primer conjunto están serafines, querubines y tronos; en el segundo, dominaciones, virtudes y potestades, y en el tercero se ubican los principados, ángeles y arcángeles, según la jerarquía establecida en los primeros concilios eclesiásticos cristianos.
Los ángeles no son privativos del universo mitológico cristiano, pues también están presentes en religiones como la musulmana y judía, y su aparición data desde los tiempos de la antigua civilización babilónica.
La exhibición está compuesta por cuatro núcleos. El primero abarca a los ángeles marianos; el siguiente, santos y ángeles; el tercero está dedicado a San Miguel Arcángel, y el último reflexiona sobre el papel de los ángeles alegóricos y su presencia en el arte popular.
Una de las piezas representativas que recibe al público es La Anunciación, pintada por el novohispano Cristóbal de Villalpando en 1706. La imagen representa la visita del arcángel Gabriel a María, para informarle que será la madre de Jesús de Nazareth.
De todos los seres celestiales que han sido retratados en la historia del arte, San Miguel es el más representado. Además, es el antagonista de Lucifer – o estrella de la mañana, quien además personifica otro tipo de ángel, el profano– en aquella escena emblemática de su enfrentamiento.
Como parte de esta muestra está la reaparición de la obra Santa Cecilia, del pintor Andrés de Concha, considerada la pieza de arte más antigua que posee este recinto, datada en el siglo XVI. También se expone el cuadro basado en el Éxtasis de Santa Teresa de Ávila, de autor y fecha de creación desconocidos.
Destaca también la cabeza de la primera Nique o Victoria Alada, conocida como Ángel de la Independencia, que cayó durante el terremoto de 1957; esa fue la única parte que se pudo rescatar de la efigie tras la catástrofe.
Ángeles: Las huestes celestiales en la Tierra tomó cinco años de trabajo de los curadores del Munal, quienes tuvieron que realizar restauraciones y traslados de piezas desde otros centros culturales; fue el caso del cuadro Sueño de Claudia Prócula, esposa de Poncio Pilatos, pintado por el francés Paul Gustave Doré en 1879, el cual pertenece a la colección Pérez Simón.
Seres más humanos
Entre las obras más actuales destacan las de Carmen Parra y Miguel Madariaga, quienes pintan ángeles con semblanzas más cercanas a la humanidad; se convierten en aspiraciones a la libertad individual. Fuman, se desinhiben, se ven cansados o relajados.
Por otro lado, también está el trabajo popular, ejemplificado en los rótulos y trabajos de imprenta donde aparecen de manera casi cómica y tierna. Son las figuras plasmadas en los cuadros pequeños que se pueden adquirir en tianguis o bazares. Retienen su papel de figuras protectoras de niños pequeños y de consuelo ante personajes agobiados, frustrados o desesperados.
Además, el público disfrutará de dos salas interactivas en las cuales podrán tomarse fotos con reflejos de alas de ángeles y demonios, lo que además llama a la reflexión de la dualidad de estos seres divinos.
En entrevista con La Jornada, el jefe de curaduría del Munal, Ramón Avendaño Esquivel, afirmó que lograr esta muestra implicó un trabajo titánico y contra reloj del equipo de este museo y de los restauradores de estas piezas.
El proyecto se gestó hace un lustro. Logramos reunir piezas de 38 colecciones provenientes de 60 artistas para armar la exhibición; eso, de los que tenemos identificados, pero hay alrededor de 29 piezas de las cuales no tenemos firmas ni documentación que nos permita saber la autoría.
Para el experto, ningún museo sería suficiente para agotar el tema angélico. “Estas figuras han cambiado de significado con el avance de la civilización. Han sido representadas desde Babilonia, hasta en Egipto y la misma Grecia clásica.
“México tiene en su imaginario colectivo un lugar especial para los ángeles. Hemos transformado a estas figuras desde que llegó el cristianismo en la Conquista, pasando por la reflexión de la libertad en nuestra época, y ahora persisten como un llamado a la reflexión sobre nuestra condición humana. Nunca acabaríamos las reflexiones de estas ‘huestes celestiales’”, concluyó Avendaño.
La exposición Ángeles: Las huestes celestiales en la Tierra estará abierta al público hasta el 8 de septiembre en el Munal (Tacuba 8, Centro Histórico, alcaldía Cuauhtémoc), de 10 a 18 horas de martes a domingo, con un costo general de 90 pesos por persona y los descuentos de costumbre.