Columna Haz y Envés
Armando Fava Ruelas
La CEDH Sonora, de nuevo en entredicho
Miércoles 22 de mayo de 2024
Es muy lamentable darnos cuenta que debido a la natural efervescencia electoral reinante, de manera irremediable han quedado relegados a un segundo término todos aquellos temas de vital importancia en nuestra cotidianeidad, como los efectos de la inflación en los precios de la canasta básica, los altos recibos de energía eléctrica, el clima de inseguridad y violencia, el rezago en pavimentación, drenaje, la falta de un sistema de transporte eficiente el cual, por cierto, acusa un atraso de por lo menos 50 años, entre muchos otros aspectos.
En cuanto a esto, habrá que refrendar como ciudadanos, la esperanza en quienes resulten electos el próximo 2 de junio para que, desde sus nuevas oportunidades empiecen a hacer algo para solucionarlos. Pero, esto tomará mucho tiempo por lo que le recomendamos no se desespere.
En este contexto de por sí desfavorable, se percibe otro tema aún más grave: Se ha vuelto costumbre en el México de nuestros días, socavar la imagen y el prestigio de las instituciones que nos rigen, las cuales fueron diseñadas para salvaguardar nuestros derechos fundamentales. Llámense INE, INAI, o aquellos organismos defensores de las garantías individuales de las personas frente al Estado.
En esta ocasión nos referiremos a la Comisión Estatal de Derechos Humanos Sonora.
Desde su creación en 1992, este organismo ha remado a contracorriente para no ser considerado por la comunidad solo como protector de delincuentes y de solapar abusos de las autoridades. Pero, por otro lado, hay que admitir, como ha sucedido en otras instituciones, que no siempre la CEDH ha tenido a los mejores perfiles como sus representantes, algunos de los cuales se han ganado a pulso el rechazo de la comunidad y principalmente, de quienes han sido sus colaboradores, en especial, mujeres.
Traemos esto a la mesa porque hace unos días, volvió a ponerse en la agenda de medios, el caso de una niña de cinco años de edad contra quien presuntamente se cometieron abusos de tipo sexual en un colegio particular de esta capital, y en el cual se vieron inmiscuidas algunas dependencias estatales por no llevar a cabo los protocolos correspondientes a la atención de este delicado problema.
En el desarrollo ulterior del caso, también se involucró a personal de primerísimo nivel de la CEDH Sonora, lo cual se denunció por la propia madre de a la menor afectada. Esto es inexcusable, inadmisible, por tratarse de un organismo diseñado para, como dijimos, defender la dignidad y los derechos de las personas.
Desde luego que no vamos a tratar aquí el fondo del asunto, el cual obra en manos de la Fiscalía General de Justicia del Estado.
Lo que sí apuntaremos es que, al recobrar vigencia mediática el caso de esta menor, se sumaron las voces de algunas personas que laboraron en la CEDH y quienes denunciaron supuestas irregularidades, como despidos injustificados, acoso laboral, discriminación y otros, lo cual generó una vez más en la comunidad hermosillense y del estado, la suspicacia acerca de la clase de perfiles que en los últimos tiempos se han escogido para encabezar a la mencionada Comisión Estatal de Derechos Humanos de Sonora.
Porque NO es la primera vez que un Ombudsman “nuestro” es denunciado y puesto en entredicho por presuntamente atentar contra los derechos elementales de quienes allí han prestado sus servicios. Ha habido por lo menos, otro directivo acusado de cometer desmanes y abusos; pero nunca se le investigó. Como era de esperarse, esto redundó en una pésima propaganda para la imagen del organismo.
Es de lamentar, insistimos; pero, sobre todo, condenar enérgicamente que tengan lugar una y otra vez -y no se investiguen-, denuncias por presuntos agravios cometidos por parte de quienes están ahí en la CEDH para defender los derechos de todas las personas.
No se debe permitir, porque afecta no solo la imagen del organismo, sino que vulnera la dignidad de toda la comunidad sonorense. Eso es gravísimo.
De ahí que las autoridades correspondientes deban en esta ocasión darle cabida, canalizar e investigar estas denuncias, para determinar la posible responsabilidad de los directivos de la CEDH señalados y castigarlos como establece la Ley.
Y si estos no hubiesen incurrido en falta alguna, que la misma autoridad se encargue de así darlo a conocer a la opinión pública.
Porque si no exigimos que se esclarezcan esas ya muy reiteradas denuncias, en este caso atribuibles a directivos de la CEDH Sonora, estaremos contribuyendo a la innoble tarea de desprestigiar y socavar a nuestras instituciones, que son la expresión de nuestra madurez como sociedad organizada, democrática, libre.
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