Bogotá. Se inició ayer el esperado y muy publicitado juicio contra el ex presidente de Colombia Álvaro Uribe (2002-210), primer ex mandatario en la historia del país que es procesado en los tribunales.
Sandra Heredia, jueza 44 del circuito de esta capital, declaró el comienzo del proceso penal a las 8:30 de esta mañana, en medio de un gran despliegue mediático y de extrema atención de la sociedad colombiana, que siguió a lo largo del día las exposiciones de la fiscalía y la defensa del ex mandatario, acusado de manipular testigos y cometer fraude procesal.
Al comienzo de la audiencia, el fiscal encargado del caso, Gilberto Villarreal, logró que se incluyera también el delito de soborno a testigos, mientras la defensa de Uribe, a cargo del polémico abogado Jaime Granados, solicitó en vano que se declarara la nulidad de todo lo actuado, alegando que ha habido violación al debido proceso y al derecho a la defensa.
Uribe, quien según expertos en temas legales fue víctima de su propio invento, al intentar que se abriera investigación penal contra el senador Iván Cepeda por, supuestamente, inducir a algunos ciudadanos privados de la libertad para que declararan contra el ex Ejecutivo, terminó procesado por este mismo delito, en lo que muchos juristas califican como efecto bumerán.
A pocas horas de la primera audiencia, el propio Cepeda manifestó que este episodio debe ser motivo de celebración, pues significa un avance de la democratización de la justicia y de la sociedad colombiana, subrayando que era la primera vez que un ex presidente de la república debe presentarse ante los tribunales en condición de acusado.
La declaración del senador del Pacto Histórico, coalición de gobierno que condujo a Gustavo Petro a la presidencia en 2022, coincidió con un extenso alegato del ex jefe de Estado ante un enjambre de micrófonos y cámaras de los medios de comunicación.
Desde una de sus fincas, en la ciudad de Rionegro, Uribe se quejó de que parece que las garantías no se aplican para mí, para luego criticar duramente a todos los magistrados que tuvieron que ver con las investigaciones que lo han llevado ante los estrados judiciales.
Según Uribe, funcionarios de la justicia filtraron piezas inconexas a algunos medios de comunicación, generando la matriz de su culpabilidad antes de ir a juicio. Le creyeron a un preso condenado a 40 años de cárcel, dijo Uribe en alusión a Juan Guillermo Monsalve, testigo principal del caso.
En tono enérgico, pero argumentando como una víctima, el ex mandatario afirmó que sus antagonistas políticos terminaron convertidos en verdugos judiciales y –sin mencionar nombres- aseguró que muchos de ellos fueron cómplices y aliados de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Jamás he engañado a la justicia y mi vida pública no conoce la mentira, aseguró Uribe unas horas antes del inicio del juicio en su contra. Abogados especialistas consideran que el proceso judicial contra Uribe ha sido meticuloso y cuenta con un abundante arsenal probatorio, basado principalmente en testimonios.
De ser hallado culpable, el ex presidente podría ser condenado hasta a doce años de privación de la libertad, pena contemplada por los códigos para los delitos de fraude procesal y soborno a testigos en un proceso penal.