Crisis sindicales en dos universidades de Sonora

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Columna Mensajes

Gilberto Armenta Reyes

Crisis sindicales en dos universidades de Sonora

Martes 14 de mayo de 2024

Fueron dos las crisis sindicales universitarias, recién concluidas en la capital sonorense, las cuales mostraron varias realidades que bien vale la pena analizar. Iniciaron y concluyeron de forma distinta.

La primera tuvo lugar en la Universidad de Sonora (UNISON) y la segunda en la Universidad Estatal de Sonora (UES); pero en su desarrollo mostraron varias similitudes.

La causa primera de ambos estallamientos fue el dinero, y en ambas  universidades, los sindicatos reclamaron más  de lo que presupuestalmente se les podía conceder. De hecho, el reclamo sindical se convirtió pronto en intransigencia, y es que, exigir el 100 por ciento de aumento en salarios, a cambio de no estallar la huelga, y rechazar ofrecimientos nominales justos y generosos, para no suspenderla, se antojó como una extorsión.

En este tema, la autoridad universitaria, y el gobierno estatal, mostraron paciencia y aplicación de la ley sin caer en el abuso. Y es que el gobernador Alfonso Durazo fue claro desde el día uno en ambos conflictos sindicales, no había presupuesto para cubrir la exigencia arriba mencionada, y se iban a priorizar las necesidades en Sonora, dijo el mandatario estatal, primero la salud, la infraestructura en escuelas y la urbana, además de la seguridad de los sonorenses, y después los temas relacionados con salarios y prebendas nominales.

La segunda similitud tiene que ver con la jornada electoral que vive Sonora, y es que ahora el gobierno estatal, emanado de la izquierda con Morena, sabe que la oposición también tiene mano en los sindicatos, con capacidad suficiente para influir en sus asambleas y votaciones, pero más delicado aún, ya debió tomar nota que el “fuego amigo”, atizado desde los grupos internos de los partidos que hacen coalición con Morena, inconformes por las decisiones en las candidaturas que se repartieron entre todos, se hizo presente para mostrar que en adelante, los parientes estarán más lejos que los dientes.

Una similitud importante también es la que dicta que, tanto en la UNISON como en la UES, las rectorías no tienen autoridad ni don de mando, al menos, no en el primer tramo como para evitar un estallamiento de huelga.

Por último, en el caso particular de la UNISON, se debe traer a la memoria que la derogación de la Ley Cuatro por iniciativa del actual gobernador Alfonso Durazo, no fue apreciada por los trabajadores ni por los maestros universitarios.

De hecho, algo bueno emanado de esta situación es que, desde ahora, el gobierno estatal deberá prever que la renovación de rectoría en el 2025 se convertirá en una “cena de negros”, en la que ambos sindicatos, la autoridad universitaria, y ahora hasta los consejos estudiantiles, buscarán llevar agua a su molino, y seguro es que convertirán esa futura elección, en una contienda sin precedente que el gobierno estatal deberá regular y controlar.

En lo personal, quien esto escribe, siempre opinó que derogar la referida Ley 4, la cual ya funcionaba a la perfección, fue un craso error; pero, ya la circunstancia y evidencia futura dirá si la acción de gobierno fue correcta.

Para concluir, importante es establecer que el gobierno estatal ya no puede, ni debe, confiar en los sindicatos, así “juren o perjuren” una relación armoniosa en beneficio de los estudiantes. Tampoco deberá seguir ponderando el accionar de los jóvenes, porque en ambas huelgas, los consejos estudiantiles mostraron una extraña complicidad con las dirigencias sindicales, a quienes llegaron a justificar y defender.

Para finalizar, aunque ambas huelgas fueron ya resueltas, quienes toman las decisiones en el gobierno estatal deben, desde hoy mismo, preparar ya la operación de mediación con estos mismos sindicatos universitarios, porque en el 2025 regresarán al contraataque. Y es que los liderazgos de oposición sindical, sin duda, apretaron el cuerpo y se mordieron el labio superior, cuando las bases votaron por suspender la huelga que, la verdad sea dicha, estallaron para beneficios de ellos mismos, y de quienes los mandan.

De momento, todos los universitarios a clases, y usted y yo, nos leeremos sobre este tema en el 2025.

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