Masivo repudio al bombardeo en Rafah

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Tel Aviv. El bombardeo israelí a Rafah avanza hacia el centro, densamente poblado, de esa ciudad fronteriza, donde voceros de la Organización de Naciones Unidas (ONU) advierten que el miedo se ha convertido en terror, y los ciudadanos atrapados tratan de huir sin que haya a dónde dirigirse.

Funcionarios del gobierno israelí prorrumpieron en declaraciones contra una advertencia de Joe Biden de que Estados Unidos no proporcionará armas para un ataque terrestre a gran escala.

El presidente estadunidense declaró a CNN que le preocupa el impacto sobre más de un millón de personas, en su mayoría desplazadas de otras partes de la franja destruida, las cuales se alojan en Rafah principalmente en tiendas de campaña.

El ejército israelí no respondió a solicitudes de información con respecto a si avanzará más hacia el oeste. Sin embargo, reportes en el terreno indican que los tanques cierran el cerco hacia la ciudad devastada por la guerra; desde ahí funcionarios de la ONU declararon a The Independent que la tierra y los edificios se sacudían al acercarse las ondas de los impactos explosivos israelíes.

Los bombazos van hacia el centro de Rafah. Puedo escucharlos. Son muy frecuentes, sacuden el edificio con pocos minutos de intervalo, comentó desde Rafah Louise Wateridge, de la agencia de la ONU para refugiados palestinos (Unrwa).

El miedo se convierte en terror aquí en el oeste de Rafah. Los bombardeos se intensifican desde el este, los drones en el cielo y el fuego naval desde la costa. La gente se siente atrapada y no hay dónde ir o qué hacer.

Los alimentos se encarecen o escasean

A los residentes de Rafah les quedan pocos lugares para trasladarse, pues desconfían de las zonas seguras a las que Israel les ha dicho que deben dirigirse, dado que hay ataques aéreos en toda Gaza. Civiles declararon a The Independent que hay personas que no tienen dinero suficiente para evacuar, pues el combustible escase.

Los precios de los alimentos se han disparado y algunos productos básicos, como azúcar y leche para infantes, comienzan a desaparecer de los estantes, relataron.

El doctor Nedal Abed, de Médicos sin Fronteras, hablando desde el oeste del último reducto poblado de Gaza, comentó que la gente intenta huir, pero no hay hacia a dónde, aun si pudiera.

Muchas personas trataron de ir a las llamadas zonas humanitarias, sólo para encontrar que no hay espacio allí, refirió.

Otros tienen poca esperanza de que se arregle un alto el fuego en las pláticas que tienen lugar en El Cairo, donde negociadores egipcios y cataríes buscaban con desesperación un acuerdo antes de que los combates se intensifiquen en Rafah.

No veo ninguna esperanza de tregua cercana. Me parece que la guerra durará otros tres meses, señaló Alaa Abu Al Kahir en la ciudad sitiada.

Las negociaciones son una licencia para matar a la gente de Rafah. Han tardado meses y el resultado siempre ha sido nada, sólo más víctimas.

En una actualización, la ONU informó que 80 mil personas han huido de Rafah desde el lunes, entre ellas 47 mil 500 que en un solo día, el miércoles, dejaron albergues manejados por la Unrwa. Algunos reportes sugieren que el número de personas llegó a 100 mil la tarde de este jueves.

Los militares israelíes sostienen que Rafah es el último bastión de Hamas y que por ello han lanzado una precisa operación de contraterrorismo para destruir las brigadas restantes y liberar a los rehenes. Israel lanzó el bombardeo más intenso de la historia sobre Gaza impuso sitio a la franja, en represalia por el sangriento asalto en el sur de su territorio realizado por Hamas el 7 de octubre. En ese ataque dio muerte a mil 200 personas y capturó a más de 250, incluso niños.

Desde entonces, funcionarios palestinos de Salud afirman que el bombardeo israelí ha matado a casi 35 mil personas, en su mayoría mujeres y niños. Naciones Unidas ha advertido de una inminente hambruna, pues las restricciones a la ayuda han empujado a más la mitad de los 2.3 millones de habitantes del enclave hacia niveles catastróficos sin alimentos.

El peligro de una matanza mayor de civiles es lo que ha impulsado al presidente Biden en sus señalamientos más recientes al primer ministro Benjamin Netanyahu, de que detendrá los suministros de bombas pesadas y proyectiles de artillería si Israel lanza una ofensiva en gran escala.

Ayer furiosos con los señalamientos de Biden, ministros y diplomáticos israelíes respondieron públicamente mientras el desacuerdo entre Washington y Tel Aviv se intensifica. 

Itamar Ben-Gvir, titular de Seguridad Nacional, de línea dura, escribió en X: Hamas ama a Biden, lo que causó que Yair Lapid, líder de la oposición, demandara el cese inmediato del funcionario. El ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, aseguró que el gobierno mantendrá sus objetivos en Gaza, pese al amago estadunidense. Lograremos la victoria completa en esta guerra, pese al retroceso del presidente Biden y al embargo de armas, indicó en un comunicado.

Netanyahu no hizo comentarios públicos, pero volvió a difundir su discurso de la víspera del día de conmemoración del Holocausto, en aparente respuesta a la decisión de Biden de retener el arsenal: Digo a los líderes mundiales que ninguna presión, por intensa que sea, ninguna decisión de cualquier foro internacional, disuadirá a Israel de defenderse. Si Israel se ve forzado a resistir solo, así lo hará.

Sky News informó que una fuente cercana al líder israelí comentó que la amenaza de Biden sobre las armas prácticamente sepulta un acuerdo sobre los rehenes.

Más de 80 por ciento de la población de Gaza está desplazada; cientos de miles han huido hacia Rafah, en la frontera con Egipto, donde la mayoría vive en tiendas de campaña.

Israel ha sostenido que esa localidad es el último bastión de Hamas y Netanyahu ha dicho que la incursión en la ciudad es un paso significativo en los esfuerzos por derrotar al grupo militante. A principios de esta semana, Israel tomó el control del lado palestino del cruce de Rafah, con lo que estranguló una arteria vital de ayuda, según la ONU. La carga de estas familias es insoportable. Ningún lugar es seguro, señaló la Unrwa en una publicación en X, antes Twitter.

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