La presencia de las mujeres en la historia de la composición en México es prácticamente desconocida, sin importar que la primera compositora nacional que obtuvo su título profesional, la también pianista Guadalupe Olmedo (1854-1889), lo hizo en la década de los años 80 del siglo XIX.
Entonces, tenemos una compositora sumamente temprana, que se ha comenzado a rescatar; pero, de ahí en adelante, hay muchas mujeres cuyos nombres no conocemos. Por eso hay que visibilizarlas, porque, cuando se enseña historia de la música en México, se mencionan muy pocas mujeres, y no porque no las haya, sino porque es más difícil encontrarlas, explicó la musicóloga Yael Bitrán.
La investigadora hizo tal señalamiento a propósito de la reciente grabación de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México (OFCM) con música de cinco compositoras mexicanas contemporáneas: Marcela Rodríguez, Hilda Paredes, Ana Lara, Georgina Derbez y Andrea Chamizo.
De la primera, se incluyó Tríptico; de la segunda, Recordaré; de la tercera, Cuando caiga el silencio; de la cuarta, De las tinieblas la luz, y de la última, Sigue siendo arena. Todas esas piezas serán parte de la programación de la orquesta a lo largo del año.
Este nuevo fonograma aparecerá entre julio y agosto, a la par del álbum realizado en diciembre pasado con música de Dmitri Shostakovich, con el cual la agrupación rompió una sequía de 18 años de no grabar, señaló Claudia Curiel de Icaza, titular de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México.
Lo ideal es que (el proyecto) siga creciendo, que sea el volumen uno, y, por supuesto, que inviten a más mujeres, agregó la funcionaria, quien lamentó que en el país no se valore a las compositoras mexicanas, a diferencia de otras naciones, donde sí se programa y graba su obra de manera regular.
Nos parecía muy importante que hubiera un fonograma dedicado a ellas, y que abriera la inquietud a otras orquestas para que también sigan trabajando en esta línea, agregó; precisó que con este álbum se busca visibilizar el trabajo de las compositoras, porque no han tenido la oportunidad ni el mismo respaldo que los hombres.
Curiel de Icaza detalló que la selección de las autoras y las obras corrió a cargo de los consejos artístico y asesor de la OFCM. Resaltó que la publicación de ambos materiales discográficos permitirá mostrar el nivel de la agrupación capitalina y que ésta se ubique en las mismas plataformas donde están las orquestas más importantes del orbe.
Yael Bitrán, responsable de la curaduría y la investigación de este disco, celebró que el proyecto se dé en este momento, el cual, señaló, es muy importante en términos de la visibilización que las mujeres están teniendo en México en todas las áreas: el conocimiento, la ciencia, las artes, las humanidades, la política…
Nunca es tarde, pero la música va un poco retrasada en cuanto a la visibilización de las mujeres, especialmente las compositoras, que han hecho un trabajo absolutamente destacable en las décadas pasadas. En el siglo XIX, tal vez estaban confinadas a la composición de música de cámara, para piano o para piano y canto, y en el siglo XX, especialmente en la segunda mitad, ya se aventuraron en todas las áreas, y son ahora grandes autoras orquestales, de óperas, de todos los formatos y en todos los géneros, subrayó.
“Si bien hacer un disco sólo de mujeres podría parecer algo excluyente, en el fondo es un acto de equidad y una manera de visibilizar lo que ha estado oculto. Ha habido un déficit de programación de obras de mujeres. Entonces, hay que hacer un esfuerzo adicional, y grabar este disco, además, se trata de generar un recurso; es decir, dejar ya grabadas estas obras para que se queden como una manera de inspirar a las nuevas compositoras.
Algo que ha dicho el feminismo es que para que ellas puedan avanzar necesitan una genealogía de mujeres en las cuales inspirarse.
Pertenecientes a diferentes generaciones, Hilda Paredes, Ana Lara, Georgina Derbez y Andrea Chamizo calificaron esta grabación de hecho sin precedente, histórico para la música y la cultura de México.
No sólo por ser el primer fonograma dedicado a compositoras en el país y en muchos otros, dijo Ana Lara, sino porque las participantes reflejamos que la música de las mujeres tiene una variedad increíble y que podemos hacer de lado esa pregunta que siempre nos hacen a todas: si componemos como hombres o como mujeres. Ustedes podrán juzgar por ustedes mismos.
Para el director operativo de la OFCM, José María Serralde, este álbum marca una filosofía distinta en la agrupación. No sólo porque después de muchos años –no se sabe cuántos– se volvió a grabar en la sala Silvestre Revueltas, sede de la orquesta, sino porque estas dos grabaciones se han producido con parte del presupuesto anual del grupo.
Resaltó que ese hacer distinto incluye también la gestión de los derechos de ambos fonogramas; es decir, las regalías, que por vez primera se quedarán en manos de los autores y la secretaría local de Cultura, ya que los derechos de los discos producidos por la orquesta en el pasado, como los dirigidos por Fernando Lozano y Enrique Bátiz, están en manos de alguien más: en las disqueras.
Esto no puede suceder, por eso es hacer las cosas de manera distinta. Es un paradigma que se debe romper, afirmó el músico, quien aclaró que la grabación de este nuevo material, como el anterior, estuvo a cargo del ingeniero Erdo Groot, una de las leyendas fundadoras de Phillips Classics, que en su haber tiene más de 660 discos de música de concierto y sinfónica.