Marchan hijos de desaparecidos en Hermosillo para pedir el regreso de sus padres

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“Quiero a mi papá de vuelta”, “Mami, Papi dice que saque tu sonrisa, pero contigo se la llevaron”, fueron unas de las tantas frases que expresaron mediante pancartas decenas de menores, hijos de desaparecidos, que participaron en la Marcha por la Paz, con la intención de concientizar a quienes se llevaron a sus seres queridos para que les den indicios de su ubicación.

Cobijados por los rayos del Sol, que más que incomodarlos les dan ese calor que les ha faltado desde hace meses o años por la ausencia de su padre o madre, el grupo de niños y niñas arrancó con el recorrido junto a adultos desde la plaza Emiliana de Zubeldía con destino hacia la Plaza Zaragoza, la mayoría vestidos de blanco y con la fotografía de los desaparecidos.

Acompañados por familiares o personas que se dieron cita de forma solidaria con el movimiento, avanzaron tomados de la mano por el bulevar Rosales hasta llegar al Hidalgo, donde en todo momento mostraron tristeza por no saber qué ha sido de quienes los trajeron a este mundo.

Aún preservan esperanza en sus corazones, por ello es que se hace visible su lucha, ya que no permitirán que queden en el olvido cada uno de los casos.

Así como ellos, hay cientos de infantes que han perdido a sus padres en los últimos años en la entidad, por ello la líder del colectivo Madres Buscadoras de Sonora, Ceci Patricia Flores aseguró que no desistirán en la lucha hasta encontrar a cada uno de los que desaparecieron.

“Los niños nos han visto luchar por años, han visto a sus madres llegar tarde a sus casas y solas, nos han visto llorar y rogar para que nos den pistas, han sollozado en silencio sintiendo esa ausencia, la de sus padres, sus hermanos, y así pasan los años”, externó.

Sostuvo que escuchar a cada niño o niña querer alzar la voz es una dosis de valentía para seguir firmes en su objetivo, el localizar a todas las personas que hacen falta en las familias sonorenses.

“Quisiéramos que solo tuvieran que buscar sus juguetes, sus cuadernos, ese dulce escondido, pero hoy marchan porque quieren buscar a sus padres”, pronunció la activista.

Convocó a la sociedad en general a ser empáticos, a respetar las expresiones y principalmente a ser solidarios con tantos menores que pagan el alto precio de la soledad por la falta de algunos de sus padres, por ello es necesario no dejarlos solos, mucho menos permitir que caminen por la vida sin una mano que los guíe por el buen camino.

Actualmente en Sonora se estiman que hay alrededor de 800 personas desaparecidas desde hace varios años, por lo que tanto este como otros colectivos se dan a la tarea de hacer rastreos para encontrar a los “tesoros”, ya sea vivos en el mejor de los casos o al menos sus restos y con ello obtener cierta paz en sus corazones.

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