Las benditas planillas, los benditos registros

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Columna Mensajes

Gilberto Armenta Reyes

Las benditas planillas, los benditos registros

Miércoles 3 de abril de 2024

A punto de vencerse ya el plazo para el registro de candidatos a las alcaldías y sus regidurías, incluyendo sindicaturas, y claro, las 21 diputaciones locales, y las cosas no pintan muy bien que digamos.

Aquí, obligado mencionar también las listas pluri nominales de los 10 partidos que están en contienda electoral en Sonora.

No están aún los datos completos de todos los registrados, mujeres y hombres, pero en los que han ido saliendo si hay una constante que se ha podido percibir: llegan “lastimados” entre ellos, con un pertinaz fuego amigo que podría estorbar en plena campaña, y que sin duda, será factor de riesgo una vez ganada esta, y ya en el ejercicio del poder.

Y es que debe usted considerar que cuando se llegue la hora de buscar estar de acuerdo, en el caso de las sesiones de Cabildo, los regidores de todos los partidos van a buscar cobrarse las afrentas que dicen recibieron, votando de forma distinta a cómo se supone deberían hacerlo.

Mire, se dará el caso de que voten en contra o a favor del partido que representan, más que del alcalde mismo que gane la elección, y sus propuestas, y no estamos hablando de los regidores de oposición.

Y en el Congreso Local será exactamente la misma historia en cuanto a las votaciones, la integración de las bancadas, y la definición de sus coordinadores. Y es que al menos en los primeros tres meses, los diputados electos aprovecharán la oportunidad para marcar su territorio, y definir sus verdaderas ideologías políticas y partidistas. En este momento, yo veo a varios con colmillos de lobo, y piel de oveja.

En ambos casos, la composición de las comisiones repartidas entre regidores en cada Ayuntamiento, y diputados locales en el Congreso Local, créame usted desde ahora, será una cena de negros.

Mire, el reparto de candidaturas fricciono fuertemente a los grupos de poder de todos los partidos, y así, lamiéndose las heridas, quienes buscaron sin éxito las alcaldías reclamaron diputaciones y viceversa, y quienes no consiguieron ni lo uno ni lo otro, arrebataron regidurías, y por último, los rezagados, se tiraron al lodo de clavado olímpico, exigiendo comprometieran con ellos cualquier plaza en sus respectivos gobiernos municipales (incluyendo el estatal), y claro, en la estructura del congreso local.

Es evidente que son muchos los que piensan que el partido de sus amores los traicionó, mientras que otros tantos están operando para hacer ver a los candidatos como no merecedores de la consigna, y los que quedaron como candidatos, y he aquí el dilema, sienten que nada le deben al partido que los postuló, sino antes bien, juran que su perfil político habla por ellos mismos.

Por último, si usted hubiera visto cómo se hicieron de golpes (literal) en las mesas de trabajo para llegar al consenso de cuantas regidurías le tocaban a cada partido,  y quienes serían los designados, entendería que a partir de septiembre que tomen protesta, los alcaldes que ganen la elección, no llegarán con mayoría del todo, ni aún con la de su propio partido, y tendrán que experimentar lo que se siente dormir con el enemigo al lado todos los días.

En el Congreso es la misma historia, veremos integradas las bancadas de manera muy multiforme, con integrantes de ideologías políticas distintas a la que la misma bancada se supone debe representar, y por eso es que muy pronto, los brincos de bancada a bancada, y las declaraciones de diputaciones sin partido, empezarán a ser la comidilla legislativa.

¡Mire usted, hasta las suplencias son un lío en este momento, para regidores y diputados locales!

Sin duda, llama harto la atención como los ánimos y los sentimientos electorales y de partido están tan caldeados desde ahorita, pero, no me crea a mi, y mejor esperemos a que se llegue el 2 de junio, y ya de ahí, hablamos de nuevo.

¡Vaya a votar, empiece ya a definir por quien lo hará!

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