Puebla, Pue. En el foro principal del edificio Carolino, sede de la Feria Nacional del Libro de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), encuentro también conocido como Fenali, se presentó la noche del martes Cuentos reunidos, segundo volumen de las obras completas del pensador argentino exiliado en México Raúl Dorra (1937-2019), proyecto impulsado por la BUAP y la Universidad de Villa María, de Córdoba, Argentina.
La edición fue coordinada por el escritor Juan Sebastián Gatti, quien durante la presentación hizo notar que los cuentos ahora reunidos resuenan con las novelas, los textos académicos y los ensayos de su mentor, Raúl Dorra, pues hay temas y estéticas que él trabajó minuciosamente. Digo cosas como ruido, armonía, ecos, resonancias, y no lo hago de manera gratuita, porque uno de los hilos conductores de la obra de Raúl es precisamente la música de la palabra, la primera palabra, decía él pensando, entre otras cosas, en la poesía.
Para un conversador, un poeta, un estudioso de los modos del habla, la palabra era música que se constituye como una voz, subrayó Gatti. Una obra es eso, dijo una vez en una entrevista, un universo de formas. Creo que lo que se quiere comunicar es el deseo, el cual puede expresarse en un relato, una forma dramática, un poema. Aquí lo importante es la construcción de una voz o de voces que se llaman y se responden, que se comunican y se extravían. La literatura es un llamado y una espera. La literatura es una voz y un oído, entonces.
En entrevista previa a la presentación del libro, Gatti explicó: Cuanto más lee uno la obra de Raúl, más se da uno cuenta de que es un conjunto armónico, integral de textos que van más allá de la mera separación de géneros, en los que se nota esa integración creadora.
Todos los cuentos
Algo interesante, destacó, fue que el editor responsable de este volumen, Carlos Gazzera, de la Editorial Universitaria de Villa María, tuvo como una de sus preocupaciones juntar todos los cuentos publicados en libros diversos, haciendo una obra que fuera más allá de convertirse en adorno o destinada solamente para el estudio de lectores especializados.
No fue así. Al contrario, no sólo se pudieron reunir todos los cuentos de Raúl, sino que éstos funcionan bien juntos en un solo volumen. Tratamos de ser respetuosos en la cronología y la escritura. Así, cuando los lees juntos, te das cuenta de que esta integración es notable no sólo en el conjunto completo, sino en sus subpartes.
Raúl Dorra, valora Gatti, era un espléndido recreador porque tenía, como estudioso de la literatura, un oído fino para las tradiciones populares, al especializarse en la literatura oral. Raúl tenía un oído atento y enorme capacidad para reproducir y recrear esos registros verbales que lo reconocen como dueño de un virtuosismo literario en el que los registros verbales populares aparecen en medio de los registros cultos.
Va más lejos Gatti: “La obra de Raúl Dorra fue en muchos sentidos adelantada a su tiempo; hoy día, esta obra puede encontrar más y mejores lectores que los que tuvo en su momento, por muchas razones, entre ellas porque escribió toda su vida fuera del mainstream, lejos de los canales principales de la producción literaria, que no eran de su interés”. Lo que hizo Raúl Dorra lo adelantaba a la literatura más reciente, más actual, por el tipo de escritura, los temas y las formas en que se aproximaba a los personajes y sus emociones.
En la presentación del nuevo volumen de la serie dedicada al autor argentino participó María Isabel Filinich, cofundadora del programa de Semiótica y Estudios de la Significación que Dorra fundó en 1998.
Ella rememoró la labor del escritor exiliado, que llegó a Puebla en 1976 para formar parte de la BUAP y dedicarse a la docencia, la investigación, la promoción de la cultura y para legar una obra literaria como Cuentos reunidos, que merece un lugar entre los grandes escritores.
Expuso que otro de los aspectos que Dorra trabajó tiene que ver con las transformaciones que han sufrido la escritura y la lectura. Recordó que él reflexionó en el diálogo que se establece hoy día entre los distintos lenguajes, en los cuales la lectura tendría que ser vista como una suerte de práctica significante que se deposita sobre soportes y formas de expresión diversas.
Hoy, podría decir Raúl, cualquier espacio se debe volver una página y se puede prestar a recoger signos de cualquier naturaleza, lo cual muestra que la escritura no se limita a la alfabética, sino a cualquier tipo de escritura sostenida por los más diversos soportes.
Cuentos reunidos, así como el primer tomo de sus obras completas, El oficio del escritor, se consiguen en los canales de distribución de la BUAP.