El futuro se nos hará agua

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Columna INMERSION

Reynaldo Espinoza Negrete

El futuro se nos hará agua

Lunes 18 de marzo del 2024

Y ese es el objetivo, cuando alcancemos una conciencia superior lo lograremos, debemos HACER AGUA, de la que usamos y de la que disponemos, DEBEMOS tratarla y REUSARLA. Ya es el momento, antes de buscar “nuevas” zonas de explotación.

Ninguna duda: Hacemos, automóviles, aviones, barcos súper-cargueros, trenes de altísima velocidad, cirugías de ultra-especialidad, dispositivos de comunicación instantánea, viajes espaciales, edificios (antes llamados rascacielos) que hoy parecen acariciar la estratósfera, joyas de plusvalor, medicamentos de precisión específica, energías más limpias, etcétera. Es decir, más sabemos sobre materiales, mas satisfactores humanos se generan (por supuesto eso de “hacemos” y “sabemos” es referido al ser humano).

La explotación de los recursos naturales en busca de dichos satisfactores, desde los básicos (como alimentos y por supuesto la bebida universal) hasta los de confort (casa, vestido), ha estado presente en el desarrollo de la civilización humana. De hecho, es una especie de simbiosis tanto de acciones como de conocimientos  en el contexto de “hacemos” y “sabemos”, desarrollo humano, pues, el cual debiera ser para mejora de la comunidad.

Por esa razón el título “El futuro se nos hará agua”. Ese es el objetivo: hacer agua;  agua para la sobrevivencia, agua adecuada para el desarrollo, con las necesidades de la época. Sin embargo, hacer agua implica una enorme responsabilidad social, desde autoridades hasta los diversos sectores involucrados en no solo el consumo, sino en la administración del trayecto, desde la captación, conducción, distribución, el propio uso y un aspecto que hoy toma un valor idéntico, la disposición.

Solo con este último término se concreta el concepto de RENOVABLE pues, hasta hoy es relativamente filosófico por no decir utópico. En la actualidad, en nuestra región (desértica, municipal/estatal) empieza a vislumbrarse una etapa crítica, el agua, en cualquiera de sus acepciones, para la vida humana, para la agricultura, para la industria, en general para el sano desarrollo y será la disposición del agua USADA y obviamente el manejo de su calidad lo que coadyuve en el balance hídrico.

En colaboración anterior apuntábamos que las actividades humanas han ineludiblemente modificado la naturaleza, y en el caso de la disposición del agua en la actualidad es notable ese murmullo de advertencia de autoridades legislativas, administradoras y en general responsables de concretar el derecho del ciudadano a agua de calidad, según nuestra Carta Magna:

El artículo 4˚ reconoce que toda persona tiene derecho al acceso, la disposición y el saneamiento de agua para consumo personal y doméstico en forma suficiente, salubre, aceptable y asequible. El Estado debe garantizar este derecho de forma equitativa y sustentable, y establecer la participación de la Federación, los estados y la ciudadanía para conseguirlo.

Hasta aquí jurídicamente está claro, luego viene:

El artículo 27 señala que las aguas son propiedad de la Nación y sienta las bases para que el Estado regule su aprovechamiento sostenible, con la participación de la ciudadanía y de los tres niveles de gobierno. Especifica que la explotación, el uso o aprovechamiento de los recursos se realizará mediante concesiones otorgadas por el Ejecutivo, con base en las leyes.

Y es aquí donde aparecen los diferentes intereses.

El artículo 115, por su parte, especifica que los municipios tienen a su cargo los servicios públicos de drenaje, alcantarillado, tratamiento y disposición de sus aguas residuales.

Generalmente la disposición de aguas residuales es a cuerpos de agua ( y a veces sin tratar, solo encauzadas), es aquí donde nuestros esfuerzos deben ser enfocados de manera acentuada y con el ánimo de preservar la especie humana, en este esfuerzo no hay colores, ideologías ni niveles de gobierno, en este esfuerzo común está incluida la sociedad entera, dejando atrás la cultura casi genética del solo acopio y explotación de mantos acuíferos, del desperdicio porque “yo la pago”, de la subcultura de “no hay agua más cara que la que no se tiene” (ya no se tiene) y debemos mirar por encima de esas ideas hacia el horizonte del ahorro, del uso eficiente y quizá lo más importante, del tratamiento, reuso y reciclaje del agua, siendo en este sentido que se materializa lo de RENOVABLE.

Al momento solo observamos, incluso como un derecho, el acceso en forma suficiente, salubre y asequible, y este último término combinado con equitativo y mezclado con los intereses de diferentes actividades que hasta pudieran contraponerse.

Aun con la normatividad existente, la problemática en general es la siguiente:

• Falta de conciencia en el ahorro del agua

• Incapacidad de los ayuntamientos en el suministro de agua potable

• Deficiencias en el tratamiento de aguas residuales, tanto a nivel urbano, industrial y agrícola

• Condiciones operativas de la infraestructura con fallas en instalaciones

• Sobrexplotación de cuerpos de agua

• La contaminación de los cuerpos de agua por descargas

Se tiene un estimado que solo un 44% de los usuarios domésticos tiene medidor, en el sector comercial solo el 54 % lo tiene, en la industria el 79% lo tiene, el sector gobierno (es decir oficinas, escuelas) únicamente el 15% tiene instalado medidores, lo anterior es una muestra del tipo de involucramiento ciudadano, del compromiso social y de las responsabilidades civiles de autoridades, siendo esto parte de la cultura en el uso, consumo y desecho del agua.

En la capital sonorense la dotación de agua para consumo humano es de 411lts/hab/día, teniéndose un estimado de desperdicio de 200 lts/hab/día.

A nivel estado y en términos porcentuales el consumo es como sigue:

Industria Minera 2.1%

Agricultura 38%

Abasto público 22%

Ganadería 28%

Industria 9.9 %

(Datos del Panel Medio Ambiente y la Minería. Primer Seminario: Futuro de la Inversión en la Minería Mexicana)

Pudiésemos hacer acopio y exponer múltiples datos técnicos (aunque algunos tengan “otros datos”); pero, empiezan los asegunes, bemoles y el “no me toca”. En esto, estamos INMERSOS todos.

Ya se atisban algunos personajes de los que hicieron obras, tomaron decisiones, así como aquellos que hoy ejercen la autoridad y también los que traen “nuevas” propuestas, propuestas “remasterizadas” y vienen por tandas, tanto legislativas, como ejecutivas. Podrán integrarse los industriales (pesados o no), los agricultores (titanes o no).

Si HOY no vemos en el horizonte cercano el tratamiento para reuso del agua, pronto estaremos volteando a ver el Golfo de California como otra fuente más de abastecimiento, como lo están haciendo los vecinos norteños, que solo proponen un muro para contener a seres humanos, pero permeable al agua, dejándonos la salmuera.

Tratar el agua de mar (hay varios procedimientos) para consumo humano es técnicamente posible aunque caro y hay países que ya lo hacen; pero, creo,  debemos empezar por cuidar el uso y tratar el agua de desecho para REUSO (y no solo la doméstica).

Ing. Reynaldo Espinoza Negrete

rendy1954@gmail.com

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