Rescatan el surrealismo de Emilio Ortiz en el espectáculo ‘Entre la Ruptura y el presente’

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Ciudad de México. El pintor, escultor y grabador Emilio Ortiz (1936-1987) vivió entre pájaros, jirafas, hilos y canastas, elementos que pintó y esculpió para crear mundos fantásticos habitados por perros de dos cabezas y personajes híbridos entre seres humanos y pájaros.

Ahora, esos universos vuelven a cobrar bríos gracias al espectáculo Entre la Ruptura y el presente: La caída del tiempo, que se presenta hoy a las 19 horas en el Salón Paraninfo del Palacio de la Escuela de Medicina de la UNAM (Brasil 33, Centro Histórico), con entrada libre.

Creado y protagonizado por su hija, la escritora y narradora Valentina Ortiz Pandolfi, se trata de una pieza escénica que entreteje la narración oral y la improvisación musical para rendir homenaje al artista poblano, integrante de la generación de la Ruptura, cuya obra se distingue por tener un pie en el surrealismo y otro en el realismo mágico.

El punto de partida de esta propuesta, en la que también participa la chelista Natalia Pérez Turner, son 10 relatos escritos por Ortiz Pandolfi entre noviembre y diciembre del año pasado a partir de igual número de pinturas de su padre, dejándose llevar por la práctica surrealista de la escritura automática.

Fue un ejercicio, refiere, que la llevó a evocar sus días de infancia al lado de su padre y la manera en que éste, sin que ella lo supiera, le compartió su interés por el dadaísmo y el surrealismo, así como su manera de crear y trabajar.

En esos cuentos no busco que haya un sentido ni una lógica razonada. Fue un proceso muy interesante, nuevo para mí, desde la intuición. Tuve que desechar la primera versión, estaba muy presente porque el suicidio de un padre nunca es fácil, explica.

“La segunda etapa fue seguir el impulso desde lo que miraba en los cuadros. Me gusta mucho el resultado porque se dio dentro de ese juego que mi papá planteaba como ejemplar de lo que es el realismo mágico, con sus personajes híbridos entre humanos y pájaros, hombres con rostro de ave y perros de dos cabezas.

Esos seres fueron cobrando vida en mi trabajo; son cuentos muy lúdicos, pero también en los que está muy presente la reflexión sobre la vida y la muerte, respetando la decisión de alguien de decidir cuándo es su fecha de salida de este mundo.

En entrevista con La Jornada, la también intérprete de música popular, nacida en la Ciudad de México en 1963, cuenta que escribir esos relatos le abrieron una ventanita al movimiento de las artes plásticas de los años 70 en nuestro país, desde la cual pudo advertir los intereses e influencias que motivaron a otros artistas de esa generación, entre ellos Francisco Toledo y José Luis Cuevas.

Destaca que también descubrió el interés de Emilio Ortiz por los nahuales y el ch’ulel, ese concepto sobre el alma perdida que tienen los indígenas de Chiapas. Mi papá es la aleación de un mundo de realidades alternas simultáneas de los pueblos originarios de México con el surrealismo europeo.

Precisa que su reto fue cómo acceder a mundos alternos y darles ese valor, pero considerándolos una realidad. Entonces, juego mucho con que la fantasía es igual a la realidad y qué pasa cuando la realidad es más fantástica que la fantasía.

De acuerdo con la creadora, Entre la Ruptura y el presente: La caída del tiempo tiene mucho de performance, no sólo porque mostrará también esculturas inacabadas de su padre y reproducciones de otras obras, sino porque, al no contar con un guion, el espectáculo tendrá mucha improvisación.

Natalia es una chelista sensacional. Ha dedicado su vida a la improvisación desde la música contemporánea. Es hija del mejor amigo de mi papá, Tomás Pérez Turrent (guionista y director), por lo que conoce muy bien ese mundo de mi papá donde la magia era realidad.

En espera de presentar esta pieza en museos de la Ciudad de México y Puebla, Valentina Ortiz anuncia que grabará la función de hoy para después exhibirla en redes sociales, entre éstas YouTube. A la par, proseguirá con el proyecto de grabar cada uno de los relatos inspirados en esas 10 obras de su padre como parte del incentivo recibido en 2022 por el Sistema de Apoyos a la Creación y Proyectos Culturales de la Secretaría de Cultura federal.

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