Tomado de La Jornada
Alberto Aceves
17 de diciembre de 2023
Ciudad de México. El América alcanzó su máximo esplendor en el estadio Azteca, ese lugar donde todo lo brillante lo fue todavía más. En una final que se extendió a los tiempos extra, el líder de la fase regular y rey de copas en el máximo circuito del futbol mexicano sobrellevó el peso de un partido determinante y derrotó 3-0 a Tigres (4-1 global) con goles de Julián Quiñones, Richard Sánchez y Jonathan Rodríguez, combinación suficiente para celebrar su estrella 14 en un pletórico estadio Azteca con casi 75 mil personas.
No fue del todo sencillo llegar hasta allí, porque antes hubo que atravesar obstáculos importantes: horas tráfico sobre calzada de Tlalpan, cortes viales por el paso de autobuses y grúas, familias enteras que se quedaron sin lugar en dónde dejar su coche. Lo entendieron bien aquellos aficionados que anticiparon su llegada desde las 4 de la tarde, una multitud afincada en sus asientos con banderas, bufandas y gorros, y bajo la luz radiante de sus celulares.
Diego Valdés produjo una pequeña colección de instantes luminosos en la primera mitad; entre ellos, un derechazo de volea que obligó la inesperada atajada de Nahuel Guzmán, tan eufórico por mantener el cero que celebró mirando hacia la tribuna. La respuesta de Tigres no se hizo esperar. Con el mismo modelo de la jugada anterior, pero esta vez de cabeza, André-Pierre Gignac remató a quemarropa frente a Luis Malagón, quien reaccionó con reflejos para enviar la pelota a tiro de esquina.
Un pequeño grupo de seguidores felinos realizó el viaje a la Ciudad de México. Desde un costado de la cabecera sur, cantaron, saltaron y ahogaron más de una vez el grito de gol, como en la primera volea de Gignac que sorprendió a Malagón o el remate de Rafael Carioca al poste. Con la expulsión del recién ingresado Raymundo Fulgencio por un manotazo sobre Quiñones, los de la UANL vivieron los últimos 10 minutos y la prórroga con sufrimiento.
Su resistencia acabó cuando el colombiano naturalizado mexicano (91), el paraguayo Richard Sánchez (104) y el uruguayo Jonathan Rodríguez (120) convirtieron en gol sus primeras y últimas acciones en los tiempos extra. En medio de esa ráfaga emocional, el arquero Nahuel Guzmán salió expulsado al abandonar su área y tirar una patada a un costado del campo. Con un rival disminuido, sólo quedó el sonido de los campeones. Ese “oléeé, oleeé, oleeé, campeooón, campeoooón” que tanto anhelaba el americanismo en el Azteca.