Me lleva el tren… por buen trayecto

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COLUMNA INMERSIÓN

Reynaldo Espinoza Negrete

Me lleva el tren… por buen trayecto

Diciembre 1 del 2023

Apenas amaina el empuje de la protesta por un tren de pasajeros y ya se activa otra más, ahora por uno de carga (hasta el momento). El primero está proyectado para operar en el sureste y el segundo, en el noroeste de nuestro país. Sean bienvenidas estas inconformidades, siempre y cuando nos sorprendan con su profundidad y  justificada razón, basada en el conocimiento y certeza del tema en discordia.

Me refiero al cambio de trazo de un tramo de la vía ferrocarrilera de Ímuris a Nogales, aquí en Sonora: La inquietud se basa en la eventual afectación al medio ambiente y a propiedades urbanas y rurales. Por supuesto, un trazo de este tipo modifica el entorno, como cualquier asentamiento o instalación, ya sea comercial, industrial o poblacional.

Sin embargo, es facultad de la autoridad, para este caso federal, determinar si esa modificación del entorno derivado de los impactos ambientales será significativa por la construcción y operación de dicho proyecto, a información expresa del promovente y, por tanto, si se requiere de un manifiesto.

Aunque se advierte, por su naturaleza y magnitud, que ya debe de existir el correspondiente y, por consecuencia, también la inclusión en el manifiesto específico de las medidas de mitigación y, en su caso, de remediación.

Desconozco si el proyecto considera el aclamado abandono del tramo citadino en la ciudad fronteriza y su futuro uso, pues de esto último se ha mencionado poco; aunque, los grupos ambientalistas que materializan en esta ocasión la protesta no han puesto énfasis en esa etapa tan importante y que tan íntimamente liga a ambas actividades (construcción del nuevo trayecto y el lugar que socialmente se ha demandado desalojar, retirar o inutilizar el tramo urbano), usos que pudieran ser para mejorar la vialidad con transporte público, lo cual constituye una añeja dolencia en la mayoría de las ciudades del país.

No se nota en esta protesta la energía que volcaron las opiniones al hacerse  pública la intención de ocupar secciones del cauce del Rio Sonora y partes del vaso de la presa “Abelardo L Rodríguez” con fines de urbanización.

En ambos proyectos es necesario mejorar la comunicación tanto de la información que se genera, como la del status legal, tal como lo establece la reglamentación correspondiente. Incluso, el ejecutivo dispone del instrumento documental para hacerlo y es la Gaceta Ecológica.

No es suficiente alzar la voz y/o recurrir a las manifestaciones y expresiones de inconformidad. Existen pasos que observan debidamente los marcos  institucionales, los cuales darían seriedad a la protesta y, algo muy importante, eliminarían la percepción de opacidad en el manejo informativo de los proyectos oficiales.

Lo anterior con base en la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente; que establece:

ARTÍCULO 23.- Para contribuir al logro de los objetivos de la política ambiental, la planeación del desarrollo urbano y la vivienda, además de cumplir con lo dispuesto en el artículo 27 constitucional en materia de asentamientos humanos, considerará los siguientes criterios:

IV.- Se deberá privilegiar el establecimiento de sistemas de transporte colectivo y otros medios de alta eficiencia energética y ambiental;

Para el proyecto en términos directos establece lo siguiente:

ARTÍCULO 28.- La evaluación del impacto ambiental es el procedimiento a través del cual la Secretaría establece las condiciones a que se sujetará la realización de obras y actividades que puedan causar desequilibrio ecológico o rebasar los límites y condiciones establecidos en las disposiciones aplicables para proteger el ambiente y preservar y restaurar los ecosistemas, a fin de evitar o reducir al mínimo sus efectos negativos sobre el medio ambiente. Para ello, en los casos que determine el Reglamento que al efecto se expida, quienes pretendan llevar a cabo algunas de las siguientes obras o actividades requerirán, previamente, la autorización en materia de impacto ambiental de la Secretaría:

I.- Obras hidráulicas, vías generales de comunicación, oleoductos, gasoductos, carboductos y poliductos.

Es decir, existen los canales institucionales para que la información de este proyecto público sea del conocimiento de la sociedad, misma que con toda seguridad está disponible, por supuesto con la excepción que considera la legislación.

Un aspecto importante dentro de los grupos ambientalistas es ese despertar de la conciencia social, luego irán por el plástico de desecho, la captación del agua, (desaladoras, ósmosis inversa, extracción del subsuelo, encauzamiento superficial) con la esperanza que también persigan su ruta de tratamiento ya que a la fecha parece solo preocuparnos por fuentes de aportación pero muy poco interés por el tratamiento, reuso o reciclaje de la base de la civilización humana: EL AGUA.

Es por ello la mención del destino del área a desocupar y su utilización del actual enclave de esa importantísima vía de comunicación de nivel internacional.

Debemos confiar en que el promovente ha considerado las medidas de mitigación y en su caso de remediación en la concepción del proyecto desde la etapa constructiva hasta la operativa, riesgos que también presentan las carreteras en el transporte de sustancias peligrosas, para los cuales se plantean los consabidos planes de emergencia, tanto del responsable del material como del transportista.

Deberán estar en el documento correspondiente (nivel Informe Preventivo, Manifiesto de Impacto Ambiental) las medidas para atender la movilidad de la fauna, como la tienen los ranchos (propiedad privada), las inherentes a la conservación de la flora local como pudieran ser drenes o en su caso mejoramiento de suelos, etcétera, etcétera. Por supuesto el promovente conoce el giro de ese negocio y por tanto tiene en sus manos la salvaguarda, sin soslayar que socialmente estamos INMERSOS todos.

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