Tomado de El Economista
Maritza Pérez
Lunes 27 de Noviembre de 2023 – 20:29
Expertos en seguridad advierten sobre los efectos del huracán “Otis” en Acapulco, Guerrero, más allá de los daños materiales, enfocándose en cambios económicos y sociales que podrían modificar las estructuras y fuentes de ingreso de los grupos delictivos locales.
Los estragos que dejó el Huracán “Otis” en su paso por Acapulco, Guerrero, más allá de ser sólo materiales, traerán consigo cambios económicos y al tejido social, que modificaran las estructuras y fuentes de ingreso de los grupos delictivos de la localidad, advirtieron expertos en seguridad.
Durante la presentación del estudio “Radiografía de la violencia en Acapulco y prospectiva de seguridad para las empresas posterior al huracán Otis”, elaborado por la consultora en seguridad BlackIND, Facundo Rosas, ex comisario general de la extinta Policía Federal durante el gobierno de Felipe Calderón y quien ahora se desempeña como director de estrategia de esta agrupación, señaló que desde el día de la tragedia, fue evidente que la delincuencia supo sacar el mejor provecho de la crisis.
Por ello, alertó que se debe estar atento a esta evolución delictiva, partiendo de la premisa de que los espacios que la autoridad no sea capaz de cubrir, ellos los capitalizarán con miras a consolidar su control territorial y base social.
Mercados ilícitos y control delictivo
Asimismo, añadió que del análisis realizado, se identificó que no existe un diagnóstico serio de los riesgos en materia de seguridad, ya que con la llegada de recursos económicos y apoyos en especie para la reconstrucción de la infraestructura hotelera, de negocios y vivienda, se abre la posibilidad de que parte de ellos terminen en manos de los grupos delictivos de manera indirecta o directa.
En este contexto, también advirtió que mientras se reconstruyen los mercados ilícitos de las drogas ilegales, secuestro, armas de fuego y trata de personas, la delincuencia buscarán tomar el control total de la extorsión y el cobro de piso, así como la distribución de materiales para construcción, energéticos (gas, gasolina y diesel), abarrotes y agua para uso doméstico (pipas), sobre todo en las colonias más apartadas del puerto, a esas a las que la ayuda del gobierno tardará más en llegar.
En tanto que un mercado ilícito, intangible, que será aprovechado por los grupos delictivos, es el del servicio de transporte público, taxis formales e informales (tolerados o piratas), además de vagonetas y autobuses urbanos y suburbanos, incluidos algunos turísticos, los cuales reportan cuotas a los grupos delictivos disfrazadas de aportaciones sindicales, para la operación diaria, para la supervisión y despacho de unidades, para los seguros (mutualistas) o de cajas de ahorro.
Al tiempo que otro de los mercados que será explotado en el corto plazo será el empeño o préstamos dejando prendas en garantía, sin facturas u otros documentos que amparen la legal propiedad ante los saqueos. Así como tampoco se debe descartar el mercado de la chatarra o material de reciclaje, en particular los metales ferrosos y no ferrosos.
Sobre esto último, se estimó que será motivo de disputa entre los grupos delictivos, tomando en cuenta la cantidad y tamaño de los inmuebles que tendrán que ser reconstruidos en sus fachadas, lo que generará grandes cantidades de este tipo de material.
Perspectiva sobre el papel de las autoridades
“Por lo que respecta al papel de las autoridades federal, estatal y municipal, sus esfuerzos seguirán concentrados en la articulación de los programas ya anunciados, sin embargo, estos tardarán en madurar por lo menos de aquí a que concluya este sexenio y mientras tanto no se apartarán de la estrategia económica y de seguridad que están en marcha”, subrayó.
Por su parte, María Elena Morera, presidenta de Causa en Común, lamentó que el gobierno federal minimice esta tragedia y sus consecuencias, lo que se suma a que desde hace años el gobierno local no asume sus responsabilidades en seguridad y justicia, por lo que, dijo, el estado está tomado por el crimen.
Asimismo, subrayó que muy posiblemente los principales beneficiarios de este desastre será el crimen organizado, gracias al manejo de dinero en efectivo, aunado a que Guerrero es de los estados que más sufre por el cobro de piso que afecta desde la industria de la construcción hasta las tortillerías.
Oportunidad para reconstruir con prevención del delito
“Creemos que después del huracán Otis, ante la devastación que tenemos tan grave, es una oportunidad y puede ser el punto de partido para reconstruir realmente Guerrero de fondo,ya que regresar a una situación previa al impacto del huracán, como pretende este gobierno es una forma de seguir matando a Acapulco”, expresó.
Finalmente, Francisco Rivas, director General del Observatorio Nacional Ciudadano, dijo coincidir con la idea de que esta es una oportunidad para reconstruir Acapulco con condiciones para prevenir tempranamente el delito, que inhiban la presencia de grupos delictivos y que no se permita que la delincuencia llene los espacios que el Estado no otorga.
“Probablemente lo que va a hacer en la delincuencia, será a través de negocios lícitos, lo va a hacer a través del control de los mercados… No solo se dedica al derecho al piso, si no se dedica a las compras obligadas, a dificultar la venta de productos, al control de la distribución de los productos… En la medida en la que un delincuente se dedica a un negocio que está dentro de dentro de lo lícito quiere decir que no solo está controlando a un individuo en particular si no está controlando a toda una comunidad”, advirtió.