De lejos

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LA COLUMNA DE SERGIO VALLE
Sergio Valle Padrés

Noviembre 20 del 2023.- No hay demasiada evidencia del presidente López Obrador acudiendo a zonas donde se haya registrado un desastre natural con población civil afectada, recorriendo calles y hablando con los ciudadanos.

Suponíamos que la habría tras el brutal golpe del huracán Otis a la zona de Acapulco…pero tampoco.

El presidente dijo en una de sus mañaneras que no iba porque necesitaba cuidar la investidura presidencial, porque no se traba de Andrés Manuel, sino del presidente.

Caray, jamás vimos una explicación así de ningún mandatario.

Claro, tampoco vimos jamás a un presidente con tan altos niveles de popularidad recargando en ello sus más desatinadas decisiones y declaraciones.

El que dijo que ya no se pertenecía, sino que le pertenecía al pueblo se ha negado sistemáticamente a presentarse ante esa multitud que se ha quedado en la calle, si acaso con lo puesto.

O frente a aquellos que perdieron su patrimonio, sus negocios, sus empresas con las que generaban cientos o quizá miles de empleos y que ahora están ahí, varados ante la desgracia, solos ante la indiferencia y el inhumano tratamiento político de la tragedia.

Será mucho más tiempo del que al principio se suponía el que tardarán todas esas personas en regresar a la normalidad.

Es un tema de personalidad, más allá de las ideologías o de la pertenencia partidista, porque hemos visto a otros gobernantes emanados también de MORENA presentándose en sitio sonde hayan sucedido desastres naturales o accidentes.

Se sabe que cuando eso pase y un gobernante llegue habrá reclamos, la gente pedirá cosas y señalará deficiencias en los operativos de ayuda.

Pero es parte del ejercicio de gobierno. Pretender que siempre todo sean loas, aplausos y floreros en la cabeza es alejarse de la realidad, negarse a asumir plenamente el papel que se les otorgó mediante el voto popular.

Eso no es lo que queríamos, porque eso no es lo que prometió, pero ahora eso es lo que tenemos y en el colmo del fanatismo muchos defienden y justifican lo que bajo la más elemental lógica es simplemente indefendible.

Descalificada moralmente, la oposición no representa el clamor de la gente.

Si bien habrá enojo de la población contra el gobierno por la desastrosa gestión del tema, no significa que los ciudadanos le vayan a regresar a los partidos opositores ni a sus candidatos la confianza.

El presidente claramente no va a cambiar su postura, no son horas ni a estas alturas de su vida ni de su sexenio, le ha dado resultados y se los seguirá dando hasta el final de su administración.

Eso, bajo la lógica de que todo se hace o se decide a partir de los índices de popularidad que ya le bajan, ya le suben, pero que jamás han sido malos.

Creo que ningún daño le hubiera hecho al presidente haberse presentado en la zona no una, sino varias veces, porque la situación definitivamente lo amerita.

No todo debe verse con la lógica electoral o de popularidad, hay cosas que toca hacer y deben hacerse.

Nada tenía que andar haciendo acá el presidente reuniéndose con la tribu yaqui, porque bastante bien atendidos están tanto por el gobierno federal y por el estatal.

No se presentó nada nuevo en los trabajos del Plan de Justicia Yaqui, no se inauguró ninguna de las obras comprometidas, nada de nada. En fin.

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